En el curso 2011-2012, el colegio María Barbeito empezó a dar clases de apoyo fuera del horario lectivo a sus alumnos de "colectivos más vulnerables". Se trata de niños con dificultades en el aprendizaje pero a los que no pueden ayudar en su casa, explica el director del centro, Jesús Carballo. Hay casas en las que trabajan los dos padres, niños inmigrantes que arrastran un "retraso curricular importante" o a los que sus familiares no saben ayudar por falta de nivel cultural. Estas familias, además, no suelen poder pagar clases particulares.

Las clases se dan dos días a la semana, entre las 16.00 y las 18.00, y se dividen en dos grupos de quince alumnos: uno para estudiantes de 3º y 4º de Primaria y otro para los de 5º y 6º. El resultado del programa fue "muy positivo" para los resultados académicos, afirma Carballo, y en torno a la mitad de los estudiantes que asistieron a clases de apoyo ese año mejoraron sus notas. El centro también se organiza para que los profesores aprovechen sus horas de guardia por la mañana y apoyen las clases de otros maestros.

Los aulas de apoyo se centran en las matemáticas y la lengua, "competencias clave" que permitan introducirse en otras asignaturas. Además, también se enseña a organizar el trabajo y adquirir hábitos de estudio, con un contacto "constante" entre los profesores y las familias.

Esta iniciativa se ha mantenido todos los años desde su inicio, excepto en el curso 2012-2013, y ha ayudado a mejorar el desempeño de los alumnos del centro. Los alumnos del María Barbeito dieron resultados por debajo de la media de los centros escolares de características similares en competencias matemáticas, lingüísticas y de Coñecemento e Interacción co Mundo Físico, de acuerdo con la evaluación realizada por la Xunta en el curso 2011-201. En el curso 2013-2014, los estudiantes del centro ya puntuaban por encima de la media en estas habilidades, explica el director del colegio. Además, las familias ven la actividad de forma mayoritariamente positiva, y "el 90% de los profesores animaron a continuar con el programa este año".

La Xunta financia las horas lectivas que ejercen los profesores por las tardes y además proporciona 400 euros que se emplean en material escolar o calefacción. "El primer año dieron 2.000 euros, pero esta suma da para fotocopias y poco más" explica Carballo "y sería importante tener dinero para mejorar la dotación informática del centro". La jefa de estudios del centro y coordinadora de las clases vespertinas, Ana Seijo, también reclama que el programa se organice antes, pues, debido a la fecha de la convocatoria, las clases de apoyo no empiezan hasta que el año académico lleva varios meses en curso.