La Junta de Gobierno Local aprobó ayer la nueva Ordenanza Municipal de Mercados, que ahora deberá pasar por el pleno, aunque no debería tener problemas para este trámite, ya que la oposición participó en las negociaciones mantenidas con los placeros para elaborar la normativa. Una de las novedades será la desaparición de los vendedores en precario, que suman medio centenar y que no disponen de una concesión.

Aunque la ordenanza de 2006 establecía que solo podían desarrollar su actividad durante dos años, algunos de ellos llevan más de 20 en los mercados. Con el cambio de ordenanza, se les da la opción de convertirse en concesionarios con un plazo de 35 años, aunque se les descontará el tiempo que llevan desarrollando su actividad en los mercados. Un sector de los concesionarios estaba en desacuerdo con su incorporación en las mismas condiciones, ya que hasta ahora han abonado un canon al Ayuntamiento menor que el resto de los placeros y, en algunos casos, ni siquiera pagan suministros como el agua y la electricidad.

Sin apoyo

La asociación de vendedores del mercado de San Agustín y la de Defensa de la Plaza de Abastos de Elviña, una de las existentes en ese centro, anunciaron ayer que no apoyan la nueva ordenanza porque no recibieron el texto definitivo. Ángela Barrán, portavoz de San Agustín, avanzó que si la normativa finalmente no satisface a sus representados, presentará alegaciones tras su aprobación en el pleno.

Barrán advirtió además que aunque a los precarios se les descuente el tiempo de su estancia en los mercados, de algunos se carece de documentos que indiquen cuándo iniciaron su actividad. La representante de San Agustín criticó que a estos vendedores se les dé opción de quedarse como concesionarios, mientras que en su mercado algunos de estos placeros verán finalizada su concesión en pocos años sin posibilidad de renovarla y con una edad cercana a la jubilación.

La aprobación de la ordenanza permitirá ocupar 50 puestos que están desocupados y, además, mediante el sistema de concurso público frente al de subasta, aunque la última que convocó el Ayuntamiento para cubrir vacantes se realizó en 1993. En los concursos no solo se tendrá en cuenta la oferta económica, sino también el proyecto comercial presentado por el aspirante. El Concello podrá además reservar puestos para personas de colectivos desfavorecidos e introducirá en los pliegos de los concursos cláusulas de tipo social.

Con esta normativa, las plazas de abastos pasarán a ser gestionadas directamente por el Concello, salvo aquellas que tienen en vigor una concesión. La nueva ordenanza suprime además los traspasos de puestos y establece un plazo máximo de 35 años para su explotación.