Las presas esconden un mundo totalmente desconocido detrás del hormigón, que va más allá de las compuertas que todo el mundo conoce. En el caso de Cecebre hay una galería que recorre el interior de la estructura de un extremo a otro. Sorprende que en el interior hay numerosas filtraciones de agua. El hormigón tiene que soportar la presión de miles de litros que hay almacenados en el embalse, lo que obliga a que dentro de estos pasadizos que recorren la infraestructura haya instalado un sistema que se encarga de recoger la humedad acumulada. Son varias tuberías que evacuan el agua hacia una canalización.

El director técnico de la Empresa Municipal de Aguas de A Coruña (Emalcsa), José Manuel Orejón, indica que "tiene que haber filtraciones" porque sirven para evacuar la humedad que acumula estructura, ya que el hormigón "no es impermeable". Otro de los encargados de la vigilancia, Gonzalo Losada (de Prointega Ingeniería), confirma que si el agua se filtra por el hormigón, es "bueno". "Así la eliminamos de la presa y la evacuamos. Lo importante es que no varíe mucho porque eso quiere decir que algo va mal", destaca.

El elemento más conocido de la presa es la compuerta, por donde se alivia el caudal del embalse. Pero para realizar esta función Cecebre cuenta con otros dos mecanismos diferentes. Dispone de dos desagües de fondo (tuberías de un metro de diámetro) que evacuan el agua directamente río abajo (están ubicados a la altura del cauce fluvial). También tiene una toma intermedia. Está situada en una ladera lateral. "Si algo va mal, el sistema ya corta el paso del agua", indica Orejón. Los operarios que inspeccionan la presa pueden cerrar estas tuberías tanto de forma manual como automática con un sistema de telecontrol.

El embalse además cuenta con cinco compuertas para aliviar el caudal que almacena. El director técnico de Emalcsa explica que no solo pueden tener abierto los desagües de fondo por cuestiones relacionadas con la "calidad del agua", ya que debe evacuarse también la que se encuentra en superficie.

El embalse de Cecebre se construyó entre 1975 y 1976 en un enclave fronterizo situado entre los ayuntamientos de Cambre, Abegondo, Betanzos y Carral para dar abastecimiento de agua a A Coruña y su comarca. "Ya era fundamental en 1975 y ya no digo ahora en la actualidad", recalca Orejón. En la presa desembocan los ríos Mero y Barcés.

En la construcción de esta infraestructura colaboraron el Ayuntamiento de A Coruña, la Diputación y el Ministerio de Obras Públicas. El director técnico de Emalcsa señala que Cecebre es una presa que funciona "por gravedad" y tiene una altura de 22 metros. El agua se almacena en el embalse, con el que se regula el cauce del río.

La captación de agua no se realiza en la presa, sino en la planta de tratamiento que Emalcsa tiene en A Telva, en Cambre. Se encuentra a unos 9 kilómetros de distancia y está muy cerca de la desembocadura del Mero en la ría de O Burgo. En esta estación de tratamiento se capta el agua, se decanta, se filtra y se esteriliza. Aquí se logra potabilizar el agua para que esté apta para consumo humano. Una vez completado este proceso el agua se impulsa a la red de abastecimiento que dispone Emalcsa para que así pueda llegar hasta los hogares de la ciudad y la comarca.