Cuando la ría de O Burgo ha sido cerrada al marisqueo por niveles altos o anómalos de hidrocarburos, situación que ocurrió la semana pasada, también dos veces a comienzos del año anterior y se repite desde 2014, la Consellería do Mar no ha sabido aclarar las causas con precisión. Asegura que no se debe a vertidos -en eso sí se expresa con convicción-, sino que es una "contaminación difusa" o "multicausal", como señala ahora, nueve días después de que el estuario fuera cerrado a la práctica del marisqueo. Lo que ha repetido la Xunta en las ocasiones en las que la presencia de hidrocarburos ha obligado a prohibir la actividad a los mariscadores de a pie es que una posibilidad muy alta que motiva el cierre de la ría es la existencia de "episodios de fuertes lluvias".

Debido a este fenómeno meteorológico, Mar ha explicado que la presencia de hidrocarburos se produce por el arrastre de la lluvia, que mueve compuestos orgánicos desde zonas en las que están depositados hasta la ría, por lo que contaminan moluscos y otras especies.

Fuentes del Gobierno gallego respondieron ayer a este periódico que la prohibición del marisqueo resuelta por el Instituto Tecnológico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) el miércoles 17 de febrero se dictó porque se registraron "picos estacionales" de hidrocarburos, a los que vuelve a atribuir numerosas causas sin determinar y vincula con las fuertes precipitaciones de los primeros días de este mes.

Los principales afectados por el veto a la actividad en la ría son los mariscadores, quienes "para nada" están de acuerdo con las explicaciones ofrecidas por la Consellería do Mar. "Hubo repuntes de hidrocarburos en los últimos años y en otras épocas del año también hubo fuertes lluvias y no se llegó a cerrar la ría. Ahora es la lluvia, y otras veces la Xunta explicó que la contaminación atmosférica la producía la automoción, los coches", replica el presidente de la Asociación de Mariscadores a Pie de la Ría do Burgo, Manuel Baldomir, quien, como en otras ocasiones, culpa a la compañía petrolera Repsol de la emisión de elevados valores de hidrocarburos en el estuario por sus operaciones en el puerto y por la generación de combustibles.

Repsol, como también la Xunta, niega tener implicación en este nuevo repunte contaminante en la ría de O Burgo. Fuentes de la empresa reiteran que ninguna de sus actividades en los muelles del puerto interior generan vertidos peligrosos ni situaciones de contaminación y que todos los controles del agua y del subsuelo "supervisados de forma continua por las administraciones" han registrado "parámetros normales".

El último análisis químico realizado en la ría de O Burgo, este mes, detectó altos índices contaminantes de hidrocarburos en bivalvos en las zonas interior y exterior de la ría, entre el puente de A Pasaxe y la playa de Santa Cristina. En febrero del año pasado la zona que estuvo cerrada a los mariscadores fue toda la ría de A Coruña desde la Torre de Hércules hasta Mera. El estuario se reabrió días después, pero a comienzos de marzo volvió a ser cerrado al registrarse más niveles anómalos, que no bajaron hasta más de un mes después.

A finales de abril los mariscadores de a pie volvieron a sufrir otro revés y tuvieron que renunciar a faenar por un vertido de producto petroquímico que llegó al estuario a través de la red de saneamiento del Concello de Oleiros. Más adelante, en septiembre, la presencia en el marisco examinado de toxina lipofílica, que causa vómitos y diarreas a quienes lo consumen, obligó a que la ría volviese a ser cerrada a los mariscadores, quienes cada vez que ven interrumpida su actividad calculan que el sector pierde unos 95.000 euros.

Los cierres al marisqueo en la ría coruñesa han sido más frecuentes desde que cambió la normativa europea que regula el nivel de hidrocarburos que pueden tener los moluscos para ser comercializados, unos índices que bajaron. Xunta, Concello, Autoridad Portuaria, Guardia Civil, Medio Ambiente, Mar y Augas de Galicia integran desde 2015 un grupo de trabajo que interviene en los análisis de la calidad de las aguas de la ría.