El análisis a la reforma de la avenida Alfonso Molina, aderezado con las cifras diferentes que manejan Fomento y el Gobierno local sobre la intensidad diaria de tráfico rodado que soporta, desplaza el debate a la tercera ronda, la AC-14, el vial de circunvalación que desde que se completó hace casi un año debería atraer un importante volumen de circulación desde el principal vial de acceso y salida de la ciudad. Eso fue al menos lo que auguraron las instituciones antes de la culminación de la infraestructura y en su inauguración: 10.000 coches diarios pasarían por la tercera ronda, pronosticó la ministra Ana Pastor; 50.000, calculó un optimista presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Ese impacto en la movilidad ha sido minimizado en fechas recientes por el Ministerio y por el grupo municipal del PP, que apuntan en cambio a un incremento del paso de vehículos por Alfonso Molina. El Gobierno de Marea trabaja con dinámicas y expectativas distintas e insta al Ministerio a analizar las "previsiones de rebaja" en el tráfico de Lavedra por la consolidación de la AC-14 y el futuro Vial 18, que enlazará la carretera de circunvalación con la AP-9.

¿Funciona la tercera ronda como se esperaba? Al dirigírsele la pregunta a un catedrático de Ingeniería de Caminos, a dos arquitectos y al portavoz de un colectivo de taxistas, en la respuesta hay unanimidad en dos aspectos: la funcionalidad de la AC-14 es por ahora difícil de calcular y su repercusión en el tráfico de la ciudad y la comarca se comprobará progresivamente y que no hay que debatir sobre cifras.

"No esperaba que la tercera ronda fuera a revolucionar la movilidad de la ciudad", sentencia Carlos Nárdiz, ingeniero de Caminos, profesor en la Universidade da Coruña y especialista en urbanismo y ordenación del territorio. "Porque el vial no sirve a todo el tráfico metropolitano y quienes entran en la ciudad por la AP-9 y desde otros concellos no van a recurrir a la tercera ronda", explica.

Nárdiz pronostica un "mal futuro" para el problema de los accesos de tráfico porque advierte que se han efectuado "previsiones según supuestos" y "dependientes de políticas municipales". Señala que otro vial de gran capacidad como la avenida de A Pasaxe no absorbe demasiado tráfico de Alfonso Molina y pone la esperanza en el Vial 18, que alejaría los coches de Lavedra.

En esta infraestructura, prevista en principio para 2020, confía también Roberto Costa, delegado en la ciudad del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). Cree que todavía se sigue haciendo un "uso irracional" de Alfonso Molina y apuesta por otras estrategias distintas a la tercera ronda para mejorar la movilidad en la ciudad, como un mejor uso del transporte público y de la red de ferrocarril.

El profesor y exdelegado del COAG José Manuel López Mihura sí advierte mejoras en la movilidad en la ciudad y su entorno, más "facilidades en los recorridos para quienes entran desde otros concellos", pero cree que la inercia de tomar la tercera ronda en lugar de Alfonso Molina no se advierte ya, sino que se notará "poco a poco".

Manuel Quindimil, presidente de Teletaxi, tiene la "sensación de que Lavedra atrae menos coches", pero recuerda que la tercera ronda "no enlaza bien todos los lugares". Advierte mejoras de tráfico en la avenida San Cristóbal tras su reforma y reclama una reforma, "la que haga falta", en Alfonso Molina para evitar problemas en la salida y entrada de la AP-9. También propone mejoras en la señalización de la tercera ronda tanto en la ciudad como en el propio vial.

El grupo municipal del PSOE se suma al debate sobre Lavedra. Ayer criticó al Gobierno local por no saber imponer su criterio ante Fomento en los contactos por reformar el vial. El pleno de noviembre tumbó una moción promovida por el PP para ampliar carriles en la avenida y apoyó otra del PSOE para revisar el plan inicial que preveía el Ministerio, diseñar un proyecto más "humanizador" y crear una comisión de trabajo.