El director del departamento de Ingeniería Industrial y responsable del Laboratorio de Radioactividad Ambiental (LRA), José Luis Rolle, analiza los casos de altos niveles de radón detectados en las facultades de Socioloxía y de Comunicación.

-¿Qué es el radón y por qué hay tanto en Galicia?

-El radón es un gas, es inodoro, incoloro, no provoca ningún tipo de malestar. En Galicia tenemos muchas rocas graníticas. El granito, por naturaleza, tiene uranio, el uranio decae en radio y, a su vez, decae en el radón. El radón pasa por cualquier sitio, atraviesa los suelos, las paredes... y sale hacia arriba, si llega a un hueco sellado se almacena en el interior, y es entonces cuando puede surgir un problema de salud.

-¿Este gas tiene que ser medido para evitar estas concentraciones o no hay normativa?

-Hay una normativa que se desarrolló durante 2011, en base a una directriz europea y aquí salió publicada en el BOE en enero de 2012 y obliga a la medición de los niveles de radón en los lugares de trabajo y de pública concurrencia, en las casas, cada uno puede hacer lo que crea conveniente. Lo que se hizo fue transponer esa directriz europea a una instrucción de seguridad y establece unos límites. Lo cierto es que, lo que nosotros conocemos es que no lo hace prácticamente nadie. Nosotros se lo hemos ofrecido a muchas instituciones, tanto públicas como privadas y, lo primero que te dicen es: "¿Qué hago si me da?".

-¿Y qué tienen que hacer?

-Mitigarlo. Coincidió con la llegada de la crisis y los ayuntamientos decían que, mientras no los obligasen, no lo iban a medir, porque se meten en un problema.

-¿Cómo se consigue mitigar esos valores?

-Esto viene muy de atrás, del Código Ético de la Construcción, que se empezó a redactar en 2006. En su versión de 2008 contemplaba una serie de buenas prácticas para mitigar el radón en nuevas construcciones. Es como si haces una vivienda y pones un colector, una serie de tubos en la parte baja y esos tubos los llevas a una chimenea, de ese modo, conduces el posible radón hacia una chimenea y así ya no entraría en los locales de las casas. Lo que ocurre es que esas buenas prácticas del código desaparecieron. Desde un punto de vista de la normativa, no es obligatorio construir tratando de mitigar el radón.

-Y en el caso de obras que ya existen, ¿cómo se puede mitigar la presencia del radón?

-En las casas antiguas no se había pensado en este problema, porque no se conocía. Existen una serie de técnicas para ello.

-En la Universidad, por ejemplo, ¿qué se podría hacer?

-Hay que afrontar medidas que sean escalables, empezar con cosas sencillas e irlas complicando hasta un punto en que los niveles no sean malos para la salud.

-¿Unos 300 becquerelios según la normativa europea y 600 en España, no?

-Según unos estudios realizados, con 300 becquerelios no existe ningún riesgo para la salud. Esa misma cifra, esa instrucción de seguridad de 300 becquerelios, que se traspuso en la normativa española, se contempla en algunos casos, como centros de educación de niños y otros casos, pero en el resto de casos el límite es de 600 becquerelios.

-¿En la Universidad cuántos bequerelios hay y cómo afectan a la salud?

-Hay que diferenciar los niveles de radón y el tiempo de exposición. Puedes entrar en un lugar en el que haya 15.000 becquerelios y no tener ningún problema si estás poco tiempo. No hay un estudio que sea firme para poder decirlo. Ni siquiera lo hay del tabaco, que sería bastante más fácil de estudiar.

-Problemas de salud, ¿hablamos de cáncer?

-Sí, de cáncer de pulmón por inhalación.

-¿Cuáles son esas medidas simples que se pueden aplicar en las facultades de Socioloxía y Ciencias da Comunicación?

-Pues, ventilación, tanto forzada como natural, si eso no funciona se podría tratar de aislar con algún material que impida la entrada del radón, canalizaciones para desviar el radón hacia otros sitios... El radón yo lo comparo con el colesterol porque el colesterol tampoco duele ni provoca malestar, pero hay que reducirlo si está alto.

-En la calle, en los edificios que se visitan a diario, ¿hay radón?

-En la calle no, porque no se acumula, la simple corriente del viento ya lo dispersa, pero si medimos seguro que algo sale. En María Pita ya te digo yo que no hay, pero en el Ayuntamiento, seguro que sí porque, además, está hecho de piedra.

-¿Se puede solucionar este problema a corto o medio plazo?

-Tiene solución siempre, depende del problema habrá que invertir más o menos dinero, pero se puede solventar. La gente no lo mide, entonces, considera que no tiene ningún problema con el radón