En mayo soplará 73 velas y, sin embargo, la figura de Raphael, después de 55 años de carrera, sigue más vigente que nunca, por encima de cualquier moda. Solo así se explica que esta noche (20.30 horas, Palacio de la Ópera) vaya a colgar el cartel de "no hay entradas", tras hacerlo anoche en Vigo. Viene secundado por una gran orquesta sinfónica, la coruñesa Gaos, pero todo el mundo irá a escucharle a él y a sus canciones. ¿Cuáles son los motivos para que Raphael siga triunfando, para que siga teniendo su aquel?

ELas canciones. La razón más obvia es también la más indiscutible. La mayor parte de sus canciones, de la década de los sesenta, se las debe al compositor Manuel Alejandro: Yo soy aquel, Qué sabe nadie, Digan lo que digan... Además de darle reconocimiento mundial, sus letras fueron forjando una imagen de artista único, indomable, con una personalidad irrepetible.

ESuscita consenso. En un país tan cainita como España, es muy difícil que alguien caiga bien, en general, a todo el mundo. Raphael lo consigue. Gracias a ello se cuela en los hogares de todo el país en Navidad, en los especiales de Nochebuena que le han convertido en el Bing Crosby patrio. Se convirtió en consuegro del político socialista José Bono y hace poco Mariano Rajoy fue visto bailando Mi gran noche durante una fiesta, en un vídeo que se convirtió en viral. Raphael cae bien a izquierda y a derecha.

EEs el 'crooner' español. Raphael fue crooner antes de que supiéramos lo que significa esa palabra. Lo es por su voz y por su teatralidad sobre el escenario, con gestos como el de la bombilla y el desplante que forman parte de su personaje. Actuó en el mítico Show de Ed Sullivan en Nueva York y se codeó con estrellas de la talla de Tom Jones, Charles Aznavour y Paul Anka.

EEs un moderno. Raphael ha logrado la hazaña impensable de triunfar en pleno franquismo, conquistar al público de la Unión Soviética y convertirse en "jefe de la tribu indie", como lo definieron en El País cuando encabezó, hace dos años, el festival de pop alternativo Sonorama, en la localidad burgalesa de Aranda de Duero. La cara más moderna de Raphael comenzó a fraguarse en 2001, cuando publicó el álbum de versiones Maldito Raphael. El disco se abría con su interpretación de Maldito duende, de Héroes del Silencio. Alaska, con la que hacía un dúo en ese álbum, le ha alabado siempre.

EEs de cine. Como Elvis Presley en Estados Unidos, el éxito de Raphael le llevó a aventurarse en la gran pantalla. Ya hace cincuenta años, en 1966, rodó su primera película como protagonista, Cuando tú no estás, y luego siguieron siete más, con éxito en países tan lejanos como Rusia y Ucrania. Álex de la Iglesia le rescató para el cine con la película Mi gran noche, el año pasado. En 1973 actuó en una película titulada Volveré a nacer. Un título que, treinta años después, resultó ser premonitorio.

ESuperó un cáncer. En 2003, cuando le trasplantaron el hígado, dijo empezar una "segunda vida". Su vitalidad y sus ganas actuales se deben en buena parte a su historia de superación personal.