No hay coruñés que se precie que no le guste hablar de su barrio. Definir sus fronteras, ponerse la camiseta de vecino militante y darle un repaso a su historia y a sus personajes. Presumir de sus virtudes y quejarse de sus problemas. De este fuerte conocimiento e identificación con la zona en la que se vive, echa mano el Concello para comenzar a dibujar los distritos en los que se dividirá la ciudad para canalizar la participación directa de los vecinos en las decisiones municipales, principalmente, en los presupuestos. Los primeros resultados revelan ese singular microlocalismo coruñés, con más de doscientas unidades de convivencia o minibarrios, destacados por los técnicos y las personas encuestadas, que también respondieron sobre los vínculos con otros barrios, sus lugares de esparcimiento y sus microcapitales.

Para llegar a un primer informe, que pone números a las camisetas barriales de los coruñeses, se abrió una encuesta a través de la web y se mantuvieron 28 encuentros con grupos de vecinos en los centros cívicos y cinco reuniones sectoriales con representantes de colectivos como empresarios, taxistas, limpieza, correos y Universidade. El objetivo era dar el primer paso para delimitar los distritos según la percepción y vida de los vecinos,

Los barrios identificados a partir de las respuestas de los vecinos, en el proceso participativo puro y duro, fueron 132. Los técnicos añadirían el resto de unidades tras el análisis de mapas, toponimia y documentos históricos y urbanísticos. 87 secciones fueron detectadas en la pregunta "¿cuál es tu barrio?" y 121 en la pregunta "¿cuál es el barrio con el que más te relacionas?". Otros siete fueron mencionados por los vecinos cuando se les preguntó con qué barrios limítrofes piensan que se vincula a su barrio para configurar un distrito.

Una cosa es Katanga, otra Corea. Una Labañou y otras San Roque y Ciudad Escolar. De la calle al gran polígono residencial, según las conclusiones del estudio, las delimitaciones de los barrios obtenidas en el proceso expresan la "diversidad de acepciones" del concepto de barrio y las "interpretaciones personales" a la hora de marcar sus límites, incluso en zonas en las que esto no debería ser confuso como el Barrio de las Flores o los Rosales. El vecindario de los límites más extensibles es Monte Alto: hasta 69 respuestas diferentes recopilaron los técnicos durante los encuentros en centros cívicos y en la encuesta de la web.

Los centros de cada barrio

Los encuestados también tuvieron que responder cuáles son los lugares "centrales o de referencia" en sus barrios. En total, entre las 403 respuestas, se identificaron 297 lugares considerados como núcleos propios o espacios centrípetos en la vida de sus zonas. Entre las opiniones facilitadas, 81 corresponden a elementos de la red vial, como calles o glorietas; y 80 a espacios públicos como plazas, parques o playas. Otras 76 respuestas señalan equipamientos públicos como centros cívicos, instalaciones deportivas y bibliotecas; y 42 a espacios colectivos o privados: locales de asociaciones, bares, iglesias o centros comerciales.

Los diez lugares más mencionados por los coruñeses participantes en A Porta Aberta fueron la calle Barcelona (50), la plaza de España (40), la plaza de As Conchiñas (34), la plaza de Pontevedra (32), la plaza de Lugo (31), la plaza Elíptica (30), el mercado municipal de Elviña (30), la plaza de Azcárraga (26), la plaza de Pablo Iglesias (26) y la de Vigo (22). "Las plazas siguen siendo el espacio público por antonomasia en la ciudad contemporánea", concluyen los técnicos al ver que en el listado solo hay un mercado y una calle peatonal.

En la categoría de redes viales, (calles, rondas, glorietas) son tres las que merecen mayor reconocimiento: calle Barcelona, Ángel Senra y A Gaiteira. Todas vías peatonales, todas alejadas del centro, "lo que parece indicar que las operaciones de peatonalización, muchas veces contestadas por los vecinos, acaban convirtiendo a las calles transformadas en núcleos vertebradores de la vida colectiva en los barrios más densificados y sin espacios públicos".

Entre los "espacios púbicos o estancias" hay de todo: playas, parques, plazas, fuentes y hasta paradas de bus. Obviamente, las plazas son las más identificadas como "centro de los barrios" pero el informe destaca que "es muy reseñable" la mención a dos paradas de autobús: en Nostián y en Os Castros, "lo que refleja estos espacios como lugar de estancia más allá de su condición funcional". Feáns tiene, para sus vecinos, su propio centro. Es un caso "singular" en toda A Coruña, puesto que son los únicos coruñeses que no comparten el mismo "centro", revelando su "autonomía" respecto a la ciudad.

Los centros de salud, colegios e institutos, además de bibliotecas y estaciones, son los espacios destacados en la categoría de "equipamientos". Los reyes son los centros cívicos. Más heterogéneo es el grupo de "espacios colectivos y privados". Hay tres supermercados, destacando el Gadis de Elviña, que "refleja la importancia que adquirieron ciertos espacios comerciales en la vida cotidiana de los barrios" como en este polígono, "donde las referencias urbanas son muy difusas debido a su formalización urbanística tan diferente respecto al mundo de las plazas y las calles-corredor".

Hay un alto número de iglesias y es "muy destacable" el acento en bares y cafeterías, con una particularidad. Salvo Os Belés, uno de los bares históricos más famosos de la ciudad y capital para Monelos, todos están situados en núcleos "de la primera periferia metropolitana": tres en Feáns, uno en Mesoiro y otro en Castro de Elviña, "lugares donde la presencia de un café-bar marca la diferencia y tiene una importancia radical en las posibilidades de ocio y socialización de los vecinos".

Uña y carne o sin relación

El documento sobre el que se definirán los distritos marida barrios entre sí, en virtud de las respuestas de los participantes. Hay noviazgos recíprocos, cuando ambos son origen y destino (como los Rosales con Labañou o Sagrada Familia y Os Mallos). Relaciones descompensadas, como Cances con Agra do Orzán y As Lagoas con Monte Alto. También relaciones de amor no correspondido, unidireccionales, cuando uno de ellos solo es meta y el otro, origen (Urbanización Soto con Monelos, Ensanche de Riazor con el Ensanche).

En las conclusiones de esta fase previa, se establecen "grados de unión" entre barrios. Los mayores índices se dan en las primeras periferias, como Pedralonga y Palavea (50,1%), A Silva y O Ventorrillo (42,5%) y Os Castros y A Gaiteira (33,7%). En el lado contrario, se detectaron áreas con nula relación. Unas que parecen agua y aceite por estar en zonas geográficas muy diferenciadas: Agra y Ensanche (0,39%) o Monelos y Os Castros (0,54%). Y otras que, a pesar de ser contiguas, no establecen ningún tipo de lazo entre ellas: O Birloque y campus de Elviña (0,46%), Castrillón y Santa María de Oza (0,57%) o Elviña y A Zapateira (0,64%.

A partir de todos estos análisis y de los más de doscientos espacios de convivencia resultantes, el área de participación definirá las divisiones administrativas o distritos que sirvan para articular la inclusión de los vecinos en la toma de decisiones del Concello. Los técnicos manejan dos posibilidades para que estas secciones respondan, por un lado, a la pluralidad reflejada en las estadísticas y, por otro, a la necesidad de que sean funcionales para trabajar con ellas. Esto también influye en las competencias que se podrían delegar. Muchos distritos implicarían cercanía pero con menos recursos descentralizados. Pocos distritos permitirían ceder las competencias que regula la ley a costa de una menor identificación por parte de la ciudadanía.