El pesquero situado en la avenida de Alfonso Molina a la altura del cruce de Ponte da Pedra, el Corpiño de Muxía, se ha convertido en una de las imágenes de la ciudad, pero el deterioro que ha sufrido en los últimos años aconsejaba una intervención con este barco o su sustitución. El Concello, de forma imprevista, ha encontrado una solución para este problema y ha venido además de la mano del apoyo del Gobierno local a las reivindicaciones de los armadores del sector del cerco.

Uno de estos empresarios iba a destinar su embarcación, con base en Sada, al desguace pero, tras la actitud mostrada por los responsables municipales a la flota del cerco optó por regalarla a la ciudad para que sea colocada en el lugar elegido por el Ayuntamiento. El alcalde agradeció el ofrecimiento, aunque ahora habrá que solucionar el problema del traslado del pesquero desde Sada, así como el permiso para instalarlo junto a la avenida, ya que los terrenos son propiedad del Ministerio de Fomento. Una vez que se resuelvan estos trámites, Alfonso Molina podrá lucir un nuevo emblema a la entrada de la ciudad.