La Autoridad Portuaria prevé ingresar por la venta de los muelles de Calvo Sotelo y Batería, situados en pleno centro de la ciudad, así como por el complejo La Solana y el hotel Finisterre un total de 25 millones de euros, según se recoge en el Plan de Empresa del Puerto. Pese a que esta operación figura en las previsiones económicas del Puerto desde 2012, no se conoció hasta el mes de noviembre pasado.

Esta venta, prevista para 2017 y 2018, era una de las condiciones para poder acceder al préstamo de 200 millones concedido al ente coruñés por Puertos del Estado para poder concluir el puerto exterior. A pesar de que la venta de los muelles debería comenzar en 2017, de acuerdo con el plan de empresa, tanto Calvo Sotelo como la Batería no han sido desafectados por el Ministerio de Fomento, trámite imprescindible para llevar a cabo la operación. En ellos, el plan general permite construir edificios de uso terciario (oficinas, comercios, hostelería...).

Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, nunca se había conocido qué previsión de ingresos manejaba el Puerto por la venta de estas parcelas. Los convenios firmados en 2004 entre el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento, gobernado en aquel entonces por Francisco Vázquez, preveían ingresar 200 millones de euros por la venta de los muelles de Calvo Sotelo, Batería, además de los de San Diego y los pantanales petroleros. Todos ellos quedarían sin uso al trasladarse toda esta actividad al puerto exterior. La operación, que abriría un suculento terreno en primera línea de mar para la construcción de viviendas y zonas comerciales y con la que se preveía financiar un 20% del coste de Langosteira, se frustró tras el crac del ladrillo, que pinchó esta previsión de ingresos.

En el caso del hotel Finisterre y La Solana, ambas instalaciones ocupan terrenos propiedad de la Autoridad Portuaria y son explotados en régimen de concesión. Según el Puerto, si finalmente prospera la venta continuaría la actividad de ambos establecimientos. Los empresarios argentinos Gustavo Alejandro López Patto y Antonio Rey Alba adquirieron en 2014 por 12,5 millones de euros la empresa propiedad de la concesión, que hasta entonces pertenecía al Banco Popular, el empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián y la Fundación Barrié, aunque el hotel sigue estando gestionado por la cadena Hesperia y el recinto deportivo, por Metropolitan.

La venta de los muelles de la ciudad es una operación fundamental para mejorar el estado de salud económica de la Autoridad Portuaria. La entidad tiene unas deudas que ascienden a 300 millones de euros, mientras que la cifra de negocio anual no llega a superar los 23,7 millones de euros. Uno de los orígenes de estas deudas fue la construcción del puerto exterior. El coste de la infraestructura iba a limitarse a 429 millones de euros, si bien actualmente el dinero desembolsado alcanza los 744 millones. Los sobrecostes se prevé que vayan a más, llegando a los mil millones. Solo la construcción de la conexión por ferrocarril se calcula en 130 millones de euros.

Las condiciones de esta posible venta y del uso que se le dará a estos solares se negociarán ahora entre Puerto y Ayuntamiento en la comisión de seguimiento de los acuerdos de 2004. La Marea Atlántica hizo de la paralización de esta operación una de sus líneas rojas el llegar al Concello. El nuevo Gobierno local defiende que Langosteira se financie integrante con cargo al Estado y que estos terrenos se dediquen a usos públicos.