Desde que en los pasados años 80 la mayoría absoluta se instaló como algo cotidiano en el gobierno de la ciudad, A Coruña vivió ajena a las incertidumbres de la política de pactos entre un Ejecutivo en minoría y la oposición. El pleno de ayer fue la clara prueba de que los tiempos han cambiado. Tras meses de tortuosas negociaciones, la Marea Atlántica llevó "por primera y última vez" su proyecto de cuentas a la Corporación. Los presupuestos de 2016, por importe de 244,5 millones de euros, un 2,97% menos que en 2015, se aprobaron en fase inicial con el voto de Marea y socialistas, pero no como al Gobierno le hubiera gustado. PP y PSOE se aliaron para apoyarse mutuamente en la votación de sus enmiendas, transformando sensiblemente el proyecto que llevaba el Ejecutivo.

Con sus votos, la doble entente forjada ayer permitió que se introdujesen todas las enmiendas del PSOE, lo que significa dar de baja 3,2 millones de euros de créditos presupuestarios previstos por la Marea -introduciendo nuevas inversiones de los socialistas por esta misma cantidad o reforzando otras del Ejecutivo- y que se especifique el destino concreto de partidas genéricas por un valor de 7,8 millones de euros.

La alianza también permitió aprobar una de las dos enmiendas del PP, que finalmente se abstuvo en la votación de las cuentas. En ella, se modifican las bases de ejecución del presupuesto, obligando al Gobierno a necesitar el acuerdo del pleno para reducir los convenios con entidades, se establecen más bajas y altas en los créditos por valor de un millón de euros y se garantiza que las subvenciones concedidas por el Ayuntamiento a colectivos sociales de la ciudad en 2014 se repetirán este año. La portavoz del PP, Rosa Gallego, exhibió al final del pleno su alegría por la votación, que también dejó fuera, con los votos en contra de Marea y PSOE, su segunda enmienda, en la que proponía más altas y bajas de créditos por valor de 10,2 millones. "Lo fundamental se ha aprobado", manifestó Gallego a su salida, que destacó que con el cambio en las bases de ejecución se impide que el alcalde pueda actuar por la "vía del decretazo".

La incógnita de la sesión, sin embargo, se centró en la posición del PSOE. Los socialistas, a los que el Gobierno local había dado en la negociación el trato preferente que reclamaban, acudían al pleno con su propuesta de enmiendas después de una última semana de contactos exprés en la que no fueron capaces de alcanzar un acuerdo con el Gobierno. "Según nos veamos reflejados en el presupuesto al votar las enmiendas, así será nuestro posicionamiento", anticipaba en una de sus intervenciones el portavoz, José Manuel Dapena. Sin embargo, este requisito no fue suficiente para cerrar filas con la Marea.

Los socialistas decidieron unirse al PP y apoyar su enmienda que limita la capacidad de gestión del alcalde e introduce inversiones por valor de un millón de euros a pesar de que Xulio Ferreiro les planteó, en el tramo final del pleno, una oferta sin precedentes en los casi cuatro meses de negociación: la Marea apoyaría el 100% de las enmiendas del PSOE a cambio de que los socialistas tumbasen las dos enmiendas de los populares. La respuesta, sin embargo, fue negativa.

"No hubo un acuerdo previo con el PP, solo fue una coincidencia de votación", arguyó Dapena a la salida del pleno en respuesta a las declaraciones del alcalde. Ferreiro había acusado a socialistas y populares de protagonizar un "simulacro de moción de censura" y aseguró que, en el receso de diez minutos que abrió para exprimir un acuerdo final con el PSOE, Dapena le había manifestado que "no quería traicionar el pacto con el PP". El portavoz socialista prefirió no opinar sobre esta acusación, sin desmentirla, aunque sí lo hizo para descartar cualquier posibilidad de moción de censura contra la Marea.

La portavoz del PP, Rosa Gallego, negó que hubiese existido un pacto, si bien minutos antes de la votación asesores del grupo conservador ya pronosticaban en los corrillos de María Pita que la votación se produciría tal y cómo acabó siendo. El PP ensalzó el acuerdo alcanzado con el PSOE y valoró que los socialistas no aceptasen el "chantaje in extremis" de la Marea.

El resultado del pleno de ayer supone un golpe político para la Marea. Su Gobierno avanza en la tramitación de un nuevo presupuesto pero parte de las condiciones se las ha marcado la oposición contra su voluntad. El propio alcalde no ocultaba su preocupación tras la sesión. "Este presupuesto nos pone en una situación muy complicada y nos ata de pies y manos para llevar a cabo una gestión ordinaria", aseguraba. Ferreiro reprochó a PSOE y PP que le soliciten ejecutar obras mientras "niegan capacidad para elaborar los proyectos". Sobre el cambio en las bases de ejecución, el alcalde lo calificó de "burrada" administrativa. "Pretenden que cambiar un euro de una partida a otra sea igual que aprobar una modificación del presupuesto", sentenció.