Agolada se volcó ayer de lleno en la despedida del joven Marcos Areán Vázquez, de 19 años, fallecido en la madrugada del viernes tras ser atropellado cuando intentaba cruzar Alfonso Molina. Aunque en un principio estaba previsto que el funeral tuviese lugar en la iglesia parroquial, durante la mañana se decidió cambiar la ubicación ante la previsión de una masiva afluencia. Así, los oficios religiosos se trasladaron al pabellón municipal que se llenó de amigos, familiares, vecinos y conocidos.