La marginalidad y el aislamiento son características que comparten los tres asentamientos de infraviviendas de la ciudad, ubicados en la periferia en zonas de difícil acceso y escasa visibilidad. Al de Campanario en O Portiño lo separan unos 500 metros de la costa y está asentado en suelo urbanizable a espaldas de Os Rosales y muy próximo al parque de Bens. Es el que mayor población tiene, unas 280 personas repartidas en 78 casas precarias, según contabiliza el Plan de acceso ao hábitat digno para as persoas habitantes dos asentamentos precarios na cidade da Coruña elaborado por Arquitectura Sen Fronteiras; 70 de sus residentes son menores de 14 años y están escolarizados.

Payos y gitanos comparten la zona en "buena convivencia", apunta el informe. Las viviendas -barracones y casas de planta baja- son de titularidad municipal y se construyeron en la década de los sesenta del siglo pasado, aunque hasta finales de los años setenta no se consolidó Campanario como barrio, a lo que contribuyó la edificación de viviendas de mejores condiciones de habitabilidad promovidas por el padre Villa y por Cáritas, además de un centro social del que años después surgió una agrupación vecinal.

Predominan los barracones de tres o cuatro estancias comunicadas entre sí por un pasillo lateral y las fachadas y cubiertas de la mayoría de las construcciones carecen de aislamientos. Los patios originales fueron cubiertos por los vecinos.

Con el paso de los años el Ayuntamiento ha ido dotando a la zona de servicios municipales, como la recogida de basuras, limpieza en el entorno e iluminación, si bien las reformas en las viviendas han sido mínimas.