Tal día como ayer un año atrás, un 24 de mayo, la calle Marqués de Pontejos estallaba de júbilo, entre la incredulidad y la esperanza, por el imprevisto resultado de las elecciones municipales. Allí tenía su sede una formación política de apenas un año de actividad que aglutinaba fuerzas de izquierda bajo el nombre de Marea Atlántica. Miembros y simpatizantes celebraban pasadas las diez de la noche la consecución de diez escaños, tantos como el PP, al que dejaban sin un Gobierno local de mayoría absoluta y arrebataban la Alcaldía. Un año después, el 24 de mayo fue día de balance, de juicios teñidos de distinto color: desde el optimismo expresado con "satisfacción moderada" a cargo del alcalde, Xulio Ferreiro, hasta la crítica tendente al alarmismo de los populares.

"El primer año de mandato siempre es el más complicado y nosotros partíamos con un handicap, que creo que ya tenemos más que amortizado, que era la falta de experiencia en la gestión municipal. Creo que en estos meses se sentaron las bases para el resto de la legislatura y ahora, aprobados los nuevos presupuestos, podremos poner en marcha muchos nuevos proyectos", resumió el alcalde.

Ferreiro echó mano de los planes más inmediatos del programa de Marea y de los porcentajes de ejecución para reflejar la actividad de su equipo de Gobierno: "Hemos cumplido un 35% de las medidas que presentamos, un 50% ya están en marcha y tan solo hay un 10% o un 15% en las que no se pudo empezar a actuar. Es un balance bastante bueno si lo comparamos con el del anterior Gobierno local, en el que se cumplió un 15%".

En su repaso al año de gestión el alcalde expresó su "decepción" con el teórico socio preferente a la hora de tratar relevantes asuntos de gestión para un Ejecutivo en minoría, el grupo socialista, aunque deseó que la relación cambie a partir de ahora y tras la coincidencia en el voto definitivo al presupuesto municipal. "Un error fue contar con que las cosas iban a ser más fáciles con el partido socialista. Los valores y los programas con los que nos presentamos a las elecciones son parcialmente coincidentes, pero no contaba con que para relacionarse y negociar muchas veces no tienen que ver los valores ni los programas, sino los cálculos internos en clave de partido", dijo Ferreiro.

Desde el escaño socialista, su portavoz municipal, José Manuel Dapena, concedió al Ejecutivo local una nota de "necesita mejorar" e insistió en hacer un balance de "decepción" con la gestión del Gobierno de Marea. "Rechazamos el catastrofismo en el que se sitúa el PP, pero también el triunfalismo del alcalde. Hay parálisis y se ha suspendido la actividad en la ciudad, se han roto expectativas y no se ha producido un cambio de progreso. Queda mucho por hacer", concluyó Dapena, que pidió a Ferreiro que abandone la "política de gestos" por una gestión "útil".

Confrontación o colaboración

El grupo socialista se mostró crítico con la "estrategia de confrontación" que advierte en el Gobierno de Marea y vislumbra ahora en la aprobación del presupuesto, esta semana, un posible punto de inflexión que permita abrir "un campo de colaboración" entre el PSOE y el Gobierno de Marea.

Dapena defendió el programa y las ideas de su partido para evitar compararse con el grupo del PP, con el que ha coincidido en aspectos significativos durante este año a la vez que se oponía a iniciativas de Marea, y se ofreció a trazar las primeras líneas de negociación de cara a las ordenanzas fiscales y al presupuesto de 2017.

Con la mente puesta en el próximo año también el PP adelantó acciones, como una campaña por los barrios para "bajar a la calle" y recoger demandas y preocupaciones vecinales con las que elaborar propuestas para las cuentas de 2017. La portavoz Rosa Gallego avanzó esta iniciativa en un desayuno informativo en el que analizó el año de gestión municipal a cargo de Marea Atlántica.

"Desembarcó con un baúl lleno de promesas y su programa electoral se lo llevó la marea. Vemos que la ciudad ha cambiado a peor y que el Gobierno municipal la tiene paralizada. Hemos pasado de ser la locomotora de Galicia a ser el furgón de cola", comparó la edil popular, que atribuyó a Xulio Ferreiro, a quien tildó de "alcalde sectario", la responsabilidad de un "decálogo de fraudes" en áreas como el empleo, la economía, la movilidad, la transparencia o la participación.

La portavoz nacionalista, Avia Veira, reclama al equipo de Gobierno de Ferreiro que abandone la actitud del "victimismo" que cree que ha adoptado en este año y le pide que tome decisiones necesarias que no dependan de presupuestos o de acuerdos alcanzados en plenos. "Este gobierno municipal no cumplió con las expectativas de cambio que parecía que iba a traer. No se tomaron decisiones importantes ni valientes para transformar la ciudad ni la gente percibió mejoras en su vida diaria. Por lo tanto, faltó valentía y acción", resumió la edil del BNG, que sitúa algunas carencias de la gestión de Marea en el tratamiento de residuos de la planta de Nostián, el carril bus, la remunicipalización de servicios o la utilización de espacios públicos.