Empezaron con las Meigas y acabaron, en torno a las hogueras de San Juan, intentando conjurar el Gobierno de Marea y las decisiones que, proclaman, están siendo perniciosas para la ciudad: las casetas regionales, la Semana Santa, la Función del Voto, la Batalla de Elviña o la Smart City. Una invitación de la Comisión Promotora alumbró una foto de familia inédita en el Sporting Club Casino de la calle Real. Una mesa redonda compartida por Francisco Vázquez y Carlos Negreira, reaparecido tras dejar la portavocía de la oposición y abandonar radicalmente el mundo político y arropado ayer por la plana mayor del PP coruñés en un auditorio sin representantes socialistas.

En el debate se repasó la relación del Concello con la Comisión Promotora de las Hogueras y su lumeirada de la plaza de Portugal a partir de los setenta. Uno de sus impulsores, Eugenio Fernández Barallobre, explicó cómo diseñaron una fiesta "con marchamo y seriedad" acorde con el "reflejo" de una ciudad "con clase, elegante, con mujeres guapas, de paseo". "Y vienen unos individuos que no se saben de dónde salieron" -en referencia a los diez ediles en la Corporación- "que quieren acabar con todo esto".

Para Fernández Barallobre, pretenden convertir el festejo "en un macrobotellón" solo "para unos cuantos, un porcentaje elevado de la cuerda de esta gente". En la misma línea, apostó por una gestión y actividades culturales como el desfile de las Meigas y el aquelarre poético que atraigan gente de otras urbes y países "y no llenar la playa de perroflautas" con 15.000 "panfletos" repartidos por Galicia.

Palabras atendidas por los exalcaldes Francisco Vázquez y Carlos Negreira, que intercambiaron un superficial saludo al inicio del acto, mucho menos efusivo que el abrazo que le propinó el primero al segundo en su investidura y que nunca se volvió a repetir. No interactuaron ni por azar durante la mesa redonda, en la que se demostró que el exalcade socialista no ha perdido su costumbre de hacer papiroflexia mientras hablan los demás. El primero en hablar fue un conciliador Joaquín López Menéndez, sucesor de Domingos Merino (1981-1983) tras una moción de censura y el que decidió prestar apoyo económico para las celebraciones "con lo que se pudo porque no había nada".

"Si ustedes entran en internet", embistió a continuación Vázquez, "verán que para el Gobierno de España las celebraciones de San Juan son Alicante y La Coruña". El exembajador acusó al Ejecutivo municipal de "poner palos en las ruedas" a la fiesta. Cree que, dada su santa denominación, acabará rebautizada como "solsticio de verano". "No es una cuestión política, sino de responsabilidad cívica, mi apoyo y absoluta solidaridad", dijo el exregidor, padre y abuelo de Meigas, quien está seguro de que su opinión "refleja la de la mayoría de los coruñeses", según aseguró ante cerca de un centenar de personas.

Se acordó de la Función del Voto pero también de eventos con potencial turístico que, según él, están en decadencia: el Teresa Herrera desde que lo dejó en manos del Deportivo en 2000 , el Festival Mozart desaparecido durante el mandato popular y los Museos Científicos, ejemplo de "turismo escolar" con niños que, se mofó, "igual gastan más que los de los cruceros".

Aunque reconoció que la gente seguirá bajando a hacer las hogueras porque es una fiesta "espontánea y popular", alertó de que es "fácil" perder la categoría de Interés Turístico Nacional, un título que el Ejecutivo del PP quería aumentar con el de Patrimonio Inmaterial, según comentó en su turno Negreira, fiel a su oratoria estudiada, más medido y más arropado que Vázquez: ningún político socialista y sí banderas del PP coruñés como Pilar Farjas, Diego Calvo, Miguel Lorenzo y Gonzalo Trenor.

El reaparecido popular destacó el esfuerzo que se hizo en la legislatura pasada por extender los días de fiesta, la "digitalización", la seguridad y el medio ambiente, preocupado por que se pierda ese "know-how del San Juan" que ha permitido crecer a la celebración. Recordó también las casetas regionales y la Semana Santa, el Picasso coruñés y la Smart City. Cuestionando la "capacidad relacional" de Marea, deseó "que vuelvan a gobernar para todos".