Fue la primera vez que, todos juntos, iban a clase en bicicleta y que, después, salían de ruta hasta la plaza de María Pita. Allí, a los alumnos de sexto del Wenceslao Fernández Flórez les recibió el alcalde, Xulio Ferreiro, junto al concejal de Mobilidade Sostible, Daniel Díaz Grandío, que fueron los interlocutores de los pequeños en el pleno infantil. "Queríamos probarnos, ver cómo salía la actividad para asegurarnos de que se puede hacer con otros colegios e, incluso, con alumnos más pequeños", explica la coordinadora de Educación Vial del Concello, la agente de la Policía Local Silvia Castro.

No es el primer contacto que estos pequeños tienen con las normas de seguridad vial, ya que los pasillos de su colegio tienen señales y están delimitados como lo están los carriles de las carreteras. "Conseguimos que todos los niños trajesen una bici y un casco", explica Silvia Castro, que agradeció ayer a sus compañeros de la Policía Local de Narón que les hubiesen dejado una bicicleta para uno de los participantes que no tenía. Su objetivo es que aprendan a moverse en bicicleta por la ciudad y que lo hagan con seguridad. Ya en María Pita, LA OPINIÓN entregó a los pequeños unos libros trilingües como recuerdo de esta actividad.

Para Lucía, Eva y Pablo fue una experiencia "muy divertida", de esas que les gustaría repetir a diario, como a Belén, Sofía, Mireya y Fran. Dicen que sus padres no les dejan ir con la bicicleta más allá del parque, aunque ellos creen en una ciudad -y así lo dejaron patente en el pleno- en la que puedan moverse sobre dos ruedas.

La primera pregunta que formularon, al sentarse en los escaños de María Pita, fue sobre la intermodal y si será "una realidad", a lo que el alcalde contestó que sí, aunque se resistió a "poner fechas" porque no depende solo del Concello. Una de las alumnas solicitó un semáforo para poder cruzar desde el aparcamiento de la estación de tren al colegio y más de uno medidas para fomentar el uso del transporte público. Querían respuestas sobre la ciudad, pero también conocer la relación de los miembros del Ejecutivo municipal con la movilidad.

El alcalde, Xulio Ferreiro, aseguró que, como deberes para este verano se pone sacar la bicicleta del trastero y volver a utilizarla. Confesó que se mueve por la ciudad a pie, en coche, en bus y en moto y que sus recuerdos sobre dos ruedas de cuando era pequeños están en el parque de San Pedro de Mezonzo que, para entonces, le parecía "muy grande". Díaz explicó que se mueve mucho a pie, en bici y en bus, aunque también utiliza el coche, sobre todo, cuando va con su familia.

Quisieron saber también los pequeños si volverá a funcionar el tranvía. El concejal de Mobilidade Sostible les advirtió de que recuperar este servicio con su recorrido original es "imposible" sin hacer una inversión "muy grande" de dinero, un dinero que el Ejecutivo municipal considera que debe ser utilizado "para otras cuestiones".

Anunciaron, sin embargo, que habrá a final de año más aparcamientos para bicicletas y que el Gobierno local tiene la intención de fomentar el uso del transporte público, aunque tenga que utilizar razones egoístas para ello, como "hacerlo más rápido", para que a los vecinos les sea más cómodo bajar al centro en bus que en sus automóviles.

Salieron también los coches oficiales en el debate. "Nunca usé uno, no tengo nada en contra, pero no lo necesito y no me veo llegando a los sitios en un Audi A6", comentó ayer Ferreiro, que explicó a los pequeños que, para ahorrar y contaminar menos, fue al partido Celta-Dépor en un coche de la Policía Local sin rotular.

Ferreiro y Díaz contestaron a los pequeños, pero también al profesor de Educación Física, Alfonso Muñiz, que les pidió que pusiesen una nota a la importancia que tiene la movilidad en las líneas de gobierno. "Un ocho", contestó Ferreiro.

Los alumnos de sexto partieron, después del pleno infantil, con ayuda de la Policía Local, de Protección Civil, de profesores y también de algunos padres que se sumaron a la actividad, de nuevo, en comitiva, hasta el colegio sobre dos ruedas.