Para poder analizar todos los rincones de la ciudad, el Grupo Naturalista Hábitat ha dividido la superficie del Concello en 66 zonas, cada una de un kilómetro cuadrado. Ahí, los aproximadamente treinta voluntarios que aportan datos para la elaboración del Mapa da Biodiversidade recogen datos de las especies que habitan o que se pueden ver en este trocito delimitado de ciudad, no importa si están de paso o si han elegido A Coruña para instalarse. Es un proyecto que está todavía en una fase inicial -encargado por la Concejalía de Medio Ambiente a Hábitat- ya que se acabará cuando haya pasado año completo.

"Tenemos un grupo de personas que garantizan que, por lo menos, haya un dato de cada una de las cuadrículas todos los bimestres. Después hay colaboradores que, con sus aportaciones, completan ese dato", explica el coordinador del estudio, Cosme Damián Romay.

En estos dos primeros meses de trabajo, Hábitat ha recabado 1.883 datos que revelan que hay 474 especies detectadas -animales, vegetales y hongos-. De ellas, 176 especies son plantas con flor, un dato que el Concello prevé que aumente con la suma de los registros de primavera. Hay también 41 algas catalogadas, 114 tipos de aves, trece de mamíferos, cinco de anfibios y 21 de peces.

Vázquez puntualiza que Hábitat trabaja en la ciudad como grupo naturalista desde 1979, así que, con esta reunión de datos puede conocer cómo ha sido la evolución de las especies, no solo de los animales sino también de las plantas y de hongos en A Coruña.

Vázquez, que es especialista en ornitología, señala que, aunque hay zonas como el entorno de la Torre de Hércules, la zona de San Pedro, Bens y Nostián, las inmediaciones del río Mesoiro, Feáns y Castro de Elviña y también el parque de Santa Margarita y el Paseo de los Puentes que destacan por sus zonas verdes, no es indispensable estar en estos puntos para ver especies naturales.

"Desde Juan Flórez, por ejemplo, se pueden avistar halcones peregrinos", explica Santiago Vázquez. Y es que, históricamente, en la ciudad siempre ha habido una o dos parejas de esta especie. Algunos de los halcones que se avistan están de paso, pero hay otras especies que anidan en los árboles plantado en el centro de la ciudad, aunque haya coches y ruido, así que por las calles, además de palomas y gaviotas se pueden ver también "algunos mirlos, tórtolas turcas [rulas turcas] y también golondrinas", según comenta Vázquez.

"Hay muchas especies en cuadrículas muy urbanas. En el interior de la ciudad, la naturaleza está más centrada en la jardinería, no se deja que crezca la hierba y hay especies introducidas, que no son autóctonas, pero que se usan con fines ornamentales", comenta Vázquez, al abrigo de esas especies hay también "naturaleza salvaje", como insectos. Y, en el cielo, dependiendo de la época del año, pueden verse pájaros como el miñato real, que pasa por A Coruña en su ruta migratoria.

Vázquez y Romay insisten en que el Grupo Naturalista Hábitat está abierto a recibir aportaciones de todos los vecinos que quieran ofrecérselas. "Hay personas que, a lo mejor, no saben identificar una flor, pero que se dan cuenta de que está creciendo una especie en una zona en la que antes no lo hacía. Si les pasa eso, nos lo puede decir y nosotros iremos a verla e intentaremos clasificarla", explica Romay.

En estos cimientos del Mapa da Biodiversidade aparecen también especies invasoras, como la avispa asiática, que está en casi todas las cuadrículas analizadas. "No es que haya nidos en todas, sino que se pueden avistar volando en estas zonas", puntualiza el presidente de Hábitat, que asegura que el resultado de este mapa será "una foto fija" de la naturaleza en la ciudad, de las especies que hay en 2016 para saber su evolución.

Entre las principales "agresiones" detectadas por el equipo de Hábitat está la expansión de la cortaderia, conocida también como herba da Pampa o plumacho, de la uña de gato, que es una planta trepadora que no deja vivir a otras especies o el pico de coral, que es un pajarito doméstico de origen africano.

Las cuadrículas van más allá de la superficie terrestre, así que el Mapa da Biodiversidade se nutre también de las aportaciones que realizan los pescadores que faenan en la costa coruñesa. Vázquez hace especial hincapié en la riqueza de las islas de O Portiño, aunque asegura que no hay que ir a un espacio natural tan característico para encontrar especies que no son las que suelen verse en la ciudad.

"Los animales no tienen puertas ni fronteras", sentencia el presidente de Hábitat.

En la zona de la Torre de Hércules, Hábitat recogió en el primer bimestre del año 61 especies diferentes, de las que dos son algas, una es un helecho, 24 son plantas con flores, seis insectos, un pez, un anfibio, 22 aves y cuatro mamíferos. En este apartado, advierten no solo de las amenazas que suponen las plantas invasoras -hay nueve especies de este tipo-, sino también de las molestias que causan los paseantes con sus perros, cuando salen a correr por el entorno sin la correa.

En las once cuadrículas que ocupa la zona de estudio de San Pedro, Bens y Nostián, hay registradas ya 184 especies, hay, entre otras, arañas, insectos, un reptil, un anfibio, quince especies de algas, sesenta plantas con flores, ocho mamíferos y 22 aves. En esta zona, las amenazas están, además de en las plantas invasoras, en los vertidos, los incendios.

En la zona del río de Mesoiro, Feáns y el Castro de Elviña, hay contabilizadas 124 especies, uno de ellos es un molusco, hay 29 aves y hasta un reptil. No hay ninguna especie amenazada y los técnicos de Hábitat apuntan al abandono de la ganadería y a la agricultura extensiva en este área como uno de los problemas de la biodiversidad.

La margarita del Cabo es una de las especies vegetales cuyo uso se ha expandido en la ciudad. Esta flor puede verse en los parques de O Portiño y también en la zona del parque de San Pedro. Es una especie invasora, que le ha ido comiendo terreno a otras plantas autóctonas como la herba de namorar.