Es difícil combinar la pasión futbolera con la actividad laboral cuando se trabaja los fines de semana. Poco después de las dos de la tarde de ayer, un autobús urbano llegó a la plaza de Ourense y recogió a varios pasajeros. Tras haber cerrado las puertas y disponerse a partir, de repente se detuvo y las volvió a abrir para preguntar el resultado del partido del Fabril. Con el alivio de la victoria local, el conductor siguió su ruta.