Cuando a principios de junio de 2006 se dio a conocer el inicio de las negociaciones entre Repsol Petróleo y la Autoridad Portuaria para el traslado de la terminal de la primera energética a punta Langosteira, pocos podían suponer que iba a haber que esperar siete años para que se alcanzase un acuerdo. Y es que fue en octubre de 2013 cuando ambas partes sellaron finalmente el pacto por el que el puerto exterior albergará las instalaciones de carga y descarga de productos petrolíferos, después de unas larguísimas conversaciones, ya que en febrero de ese mismo año se anunció que se había alcanzado un principio de acuerdo.

Pese a que en 2006 el Puerto aseguró que había comenzado los contactos con Repsol, cuando tres años más tarde Enrique Losada asumió la presidencia de este organismo manifestó que hasta ese momento no se había efectuado ninguna gestión. Pero también a él le costó alcanzar un entendimiento con la compañía, puesto que fue después de cuatro años de tiras y aflojas cuando pudo anunciar el convenio, que fija para abril de 2018 el comienzo de la actividad de la nueva terminal petrolera, aunque solo con el 60% de la actividad que ahora desarrolla en los muelles interiores.

En 2006 las obras de Langosteira llevaban tan solo un año en marcha y la preocupación que existía era saber quién costearía los pantalanes e instalaciones complementarias para las operaciones de los petroleros, ya que se estimaba que tendrían un valor de 86 millones de euros. Esos aspectos centraron las negociaciones con la Autoridad Portuaria posteriormente y se saldaron con la concesión de una indemnización de 24 millones a Repsol por trasladarse a Langosteira antes de que terminase su concesión en el interior de la bahía, mientras que la empresa a su vez se comprometió a invertir 124 millones en la construcción de su nueva terminal en el puerto exterior.

El acuerdo supuso una rebaja muy destacada de la compensación que había reclamado Repsol cuando comenzó el proceso, ya que en el primer momento llegó a exigir 250 millones de euros. Poco a poco, la Autoridad Portuaria fue reduciendo el volumen de esa indemnización, aunque para ello tuvo que hacer contraofertas, como la posibilidad de ampliar en 17 la concesión por 35 años que se otorgó a la petrolera en los muelles de Langosteira, donde se le concedieron 30.000 metros cuadrados para sus instalaciones, 15.000 más para sus canalizaciones y otros 285.000 se le reservaron para posibles ampliaciones de su actividad.

Cerca ya de los tres años de ese pacto, ambas partes aún no han desvelado si existe acuerdo sobre el resto de la terminal que está pendiente de trasladar, tanto sobre el coste que tendrá como de las fechas en las que se realizará.