Desde dónde se puede comer una paella hasta a qué hora los coruñeses echan el cierre a los negocios para dormir la siesta o dónde se puede tomar una taza de caldo o un cocido en pleno agosto. "Algunos ingleses piensan que la siesta es sagrada, que se paraliza la ciudad, y preguntan a qué hora cerramos todo para irnos a dormir", asegura una de las trabajadoras del punto de información de María Pita. Los turistas llegan a las oficinas de atención a los visitantes con dudas de todo tipo. Los hay que están "muy enterados" y preguntan "por lugares muy concretos" y los que recalan en a A Coruña esperando ver toros y sevillanas. Estos últimos son los menos, pero algunos errores son comunes a muchos viajeros.

"Confunden Finisterre con la Torre de Hércules, preguntan si el Ayuntamiento es la catedral, si hay metro, si la Torre tiene ascensor, si el mar es el Cantábrico, si al final del paseo marítimo llegas a Finisterre, qué es el raxo, quién era María Pita...", cuentan Noelia García y Belén de la Fuente, quienes llevan 15 años detrás del mostrador de una de las oficinas de turismo de la ciudad. "Hay mucho desconocimiento de María Pita, cuando les cuentas la historia les gusta, muchos terminan diciendo 'es como una agustina de Aragón a lo coruñesa'", relatan las trabajadoras, quienes sostienen que, en ocasiones, les planifican el día a los turistas que llegan "totalmente perdidos".

El 72% de los visitantes que el año pasado entraron en las oficinas de información fueron nacionales. Del 28% de extranjeros, el 74% procedían de países europeos. Entre el 1 de enero y el 15 de junio de este año, pasaron por los puntos de atención 33.578 viajeros, frente a los 32.359 que lo hicieron en las mismas fechas el año pasado. Lo primero que piden al entrar es un plano. "Al verlo lo que más les llama la atención es la forma de la ciudad porque está toda rodeada por agua", explica De la Fuente, quien asegura que a muchos les cuesta ubicarse.

"Entonces empiezas a utilizar las manos para señalarles las direcciones", cuenta. Una vez que entienden el mapa, es decir, que sitúan la zona del puerto, la Ciudad Vieja y las playas, les marcan los puntos de interés, entre los que nunca faltan el paseo marítimo, que con 13 kilómetros es el más largo de Europa, la Torre, las galerías, la oferta museística y el monte de San Pedro.

"La ciudad, en general, gusta mucho. Les encanta la Torre y su entorno, el Ayuntamiento y el castillo de San Antón. Destacan la amabilidad de la gente, la limpieza y la gastronomía. Mucha gente repite visita", indican las trabajadoras de la oficina de turismo de María Pita. En cuanto a las críticas, coinciden en que casi siempre son relacionadas con la movilidad. "Se quejan del transporte, de que no haya un bonobús y tengan que pagar cada viaje. También protestan porque las bicicletas no se pueden utilizar por horas o por días, por la falta de aparcamiento y por la mala señalización a la hora de circular por la ciudad", sostienen García y De la Fuente, al tiempo que afirman que muchos preguntan si hay autobús turístico y, los que repiten, echan en falta el tranvía. "A veces vienen y nos dicen que como vieron las vías estuvieron esperándolo y, al ver que en un rato no pasaba, se fueron", manifiestan.

El punto de información situado en la plaza de María Pita fue utilizado entre el 1 de enero y el 15 de junio de este año, según los datos facilitados por el Ayuntamiento, por 13.054 turistas, frente a los 14.717 del año pasado. El situado en la Torre recibió a 19.305 visitantes, mientras que en 2015 pasaron por él en las mismas fechas 18.861.