Los continuos cierres de la ría de O Burgo al marisqueo durante los últimos meses a causa de la presencia de hidrocarburos y de la toxina lipofílica hacen que los mariscadores coruñeses hayan perdido hasta el momento el 40% de los días de trabajo de este año, según la estimación del portavoz de la Agrupación de Mariscadores de a Pie, Manuel Baldomir. Desde que comenzó 2016, solo el mes de marzo pudo faenarse completo, por lo que Baldomir vaticina que será un año "nefasto salvo que la cosa cambie mucho".

"De este mes habíamos solicitado 12 días para faenar y se perdieron todos", señala, por lo que aunque se puedan ir recuperando a lo largo del año "nunca va a ser lo mismo porque las mareas mejores se perdieron". La pérdida de los días con condiciones más favorables obligará a los mariscadores a trabajar con mareas más cortas, en las que los arenales no quedarán en seco, lo que supone dificultades en el acceso a los bancos marisqueros y un importante descenso en las capturas de moluscos.

Los técnicos de Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia recogieron ayer muestras en la ría de O Burgo para determinar si se mantiene la contaminación por toxina lipofílica, que los mariscadores confían en que haya bajado debido a los vientos del norte que soplaron durante el fin de semana, ya que producen el afloramiento de la toxina, aunque el aumento de las temperaturas de los últimos días juega en contra de estos trabajadores. La semana pasada el índice de toxicidad se situó entre 300 y 600, cuando el máximo para consumo humano es de 160, por lo que aún es bastante elevado, aunque las semanas anteriores superaba el millar. Otras rías gallegas están ya abiertas al marisqueo, pero otras como la de Ferrol permanecen cerradas, por lo que, según Baldomir, "todo hace prever que antes del día 1 no se pueda faenar".

El representante de los mariscadores destaca que otras ocasiones en las que fue necesario interrumpir la actividad por el alto nivel de hidrocarburos, pero que el resto del año no hubo cierres motivados por las toxinas. "Hay mucha preocupación en la agrupación porque hay que seguir pagando la cuota de autónomos sin que haya ingresos", explica Baldomir, quien añade que los mariscadores también tienen que afrontar los gastos de la familia, por lo que a su juicio "la situación se complica y mucho".

La Consellería de Mar mantiene su negativa a proporcionar a los mariscadores un seguro o ayuda para los casos en los que no puedan desarrollar su actividad profesional, aunque la Cofradía coruñesa negocia en la actualidad con la administración autonómica un plan para la regeneración de los parques marisqueros cuya concesión terminó.

Esta iniciativa proporcionaría trabajo para 40 mariscadores durante uno o dos meses, con unos 1.100 euros de ingresos para cada uno, pero Manuel Baldomir advierte de que esa "no es la solución".

En su opinión, la única salida a la actual situación es que se lleve a cabo el proyecto de dragado de la ría, ya que esa actuación favorecería el movimiento de aguas en el estuario y, por lo tanto, el crecimiento del marisco y un menor riesgo de contaminación. El día 21 de julio terminará el plazo para que el Ministerio de Medio Ambiente responda a las alegaciones presentadas al proyecto de dragado y los mariscadores esperan que tras cumplirse este trámite las obras den comienzo lo antes posible.