El Concello considera que los gastos presentados por la empresa Miramar de San Pedro sobre la explotación en 2013 del ascensor panorámico y el mirador situados en el monte de San Pedro no estaban "correctamente justificados", por lo que el pasado viernes la Junta de Gobierno Local decidió abonarle solo 201.809 euros para sufragar el déficit generado por este servicio, del que deben hacerse cargo las arcas municipales. La concesionaria había solicitado 409. 810 euros, pero los técnicos apreciaron irregularidades en los datos presentados, así como falta de documentación que no fue aportada a pesar de los numerosos requerimientos efectuados por el Ayuntamiento.

Las discrepancias entre ambas partes se extienden a más ejercicios económicos, ya que el Gobierno local reclama a Miramar de San Pedro la devolución del millón de euros que se le abonó por el supuesto déficit soportado entre 2010 y 2012 y le reclama las cuentas de esos años para comprobar si tenía derecho a percibir esas cantidades en concepto de déficit del servicio, que el Ayuntamiento está obligado a cubrir por el contrato suscrito en 2005. La concesionaria se niega a aportarlos argumentando que ya lo hizo en su día y acusa al Concello de "excesivo celo fiscalizador".

Entre las anomalías apreciadas por los técnicos municipales figura que los 202.457 euros supuestamente pagados por la empresa a Rúa Real, la compañía contratada para la limpieza del ascensor y el mirador, superan la facturación que declaró esta, 182.235 euros. A esto se une que algunas partidas se incluyeron en el capítulo de financiación cuando deberían formar parte de los gastos generales, por lo que el Concello estima que "se imputan doblemente" y que además no se justifican con documentos. También se menciona la inclusión de 21.167 euros por gastos financieros de Rúa Real cuando la empresa aseguró haberlos tenido por 16.508 euros y que se incluyan 32.325 euros por gastos generales y beneficio industrial después de haber incorporado a las cuentas una cantidad de 38.466 euros por estos conceptos correspondientes a Rúa Real, por lo que también en este caso se estima que hubo doble repercusión de los gastos.

Una de las diferencias más importantes que separan al Concello y Miramar de San Pedro son los costes de los servicios de vigilancia y limpieza del mirador y el ascensor, ya que el precio por hora del primero fue fijado en 18 horas, lo que para el Gobierno local no tiene "ningún tipo de fundamento" porque en los últimos servicios contratados de este tipo por el Ayuntamiento fue de entre 12 y 13 euros. En la limpieza, la concesionaria lo fijó en 19,5 euros, cuando el Concello acostumbra a pagarlo entre 11 y 13 euros. A esto se suma que de las cifras proporcionadas por la empresa, la limpieza se realizaba durante 8 horas a lo largo de 350 días al año, lo que se considera desproporcionado.

Un informe del interventor municipal en octubre de 2015 determinó que en este conflicto "lo más importante no es tanto la justificación de los costes de la empresa Rúa Real, como si el precio pagado se ajusta o no al mercado", por lo que reclamó los cuadrantes de personal y las horas de servicio prestadas, aunque la concesionaria se negó a entregar estos documentos.

En febrero, el Concello solo admitió pagar 4.352 horas de vigilancia, frente a las 7.857 reclamadas, y a 14,05 euros. En la limpieza se tasaron 700 horas a 12,93 euros, por lo que el déficit de 2013 se cifró en 201.809 euros, menos de la mitad de lo que exigía la empresa.

Sobre la discrepancia en las horas de vigilancia y limpieza y su precio, el responsable de la concesionaria, Juan Antonio Roade, explicó a este periódico que los datos aportados al Concello "son los que pasó la empresa de limpieza", a lo que añadió que el precio fijado por el Ayuntamiento "no es viable porque no es el coste del mercado". Sobre las horas facturadas, Roade aclaró que el ascensor y el mirador "funcionan todos los días del año".

En mayo de 2015, Miramar de San Pedro anunció al Gobierno local que en junio dejaría de gestionar el ascensor y el mirador si no se le abonaba la cantidad que exigía, aunque no llegó a hacerlo.