Padre Feijóo, una de las calles del centro de la ciudad que sufría una congestión casi continua debido a que enlaza las plazas de Lugo y Ourense, ha experimentado una caída espectacular del tráfico en los últimos meses a causa de la peatonalización de la avenida de la Marina. Los datos recogidos por el Concello en esta vía del Ensanche reflejan que la media diaria de vehículos que pasaba en el mes de abril era de 15.267, mientras que en junio, tras la prohibición de circular por La Marina que se aplicó el 8 de abril, se ha reducido hasta los 4.936, lo que representa un descenso del 67,6%.

Según el Gobierno local, el tráfico en el entorno de la plaza de Lugo ha descendido "ostensiblemente" tras la apertura del túnel de O Parrote y la restricción de la circulación en la superficie de la Marina. Los aparatos de medición instalados por el Concello en la zona reflejan un "descenso muy importante" del número de vehículos en las calles secundarias en los últimos meses y que se haya producido una "pacificación de facto" del tráfico, lo que lleva a los responsables municipales a plantear que Padre Feijóo se convierta en una "vía calmada".

Esa iniciativa supondría rebajar la velocidad máxima permitida en la actualidad, 50 kilómetros por hora, y la reducción del volumen de automóviles que circulen por ella, al tiempo que se le conceda prioridad a peatones y bicicletas con respecto a los vehículos privados. En este momento Padre Feijóo dispone de dos carriles de circulación, aunque cuando el tráfico era más intenso en muchas ocasiones solo uno estaba disponible a causa de la presencia de vehículos en doble fila.

El Gobierno local explica que antes de la apertura del túnel de O Parrote se efectuaron estudios para simular las condiciones de tráfico en el centro de la ciudad con el fin de adoptar medidas correctoras en relación con los nuevos movimientos de la circulación. Los cambios que se han producido en el tráfico también serán reflejados en el mapa de ruido de la ciudad, de forma que se compruebe si el descenso del paso de vehículos ha tenido impacto en la contaminación sonora.

La calle Padre Feijóo sirve de paso a los conductores que proceden de la zona de Riazor y se dirigen a la avenida de Alfonso Molina para abandonar la ciudad, para lo que atraviesan las plazas de Pontevedra, Lugo y Ourense. Pero para que el cierre de La Marina haya tenido influencia en la caída del tráfico que soporta, los vehículos que han desaparecido de esta calle tienen que ser los que se dirigían hacia el casco histórico girando a la izquierda en la plaza de Ourense, que en teoría habrán optado ahora por utilizar la calle San Andrés o el paseo marítimo para llegar a su destino.

El corto ciclo de los semáforos en esta zona hace que cuando la circulación es intensa se generen retenciones, especialmente en Padre Feijóo, ya que su confluencia con la plaza de Ourense obliga a que el paso para vehículos esté abierto durante solo unos segundos.