La Feira das Marabillas arrancó ayer su vigésimo segunda edición y estará en la Ciudad Vieja hasta el próximo lunes con algunas novedades respecto a otras ocasiones. Tras la inauguración de la festividad por el alcalde, el mercado fue cobrando vida a lo largo del día.

Durante la mañana, la zona infantil fue una de las más visitadas ya que numerosos niños, acompañados de sus padres, no perdieron la oportunidad de disfrutar de algunas de las actividades programadas, entre las que destacan espectáculos como el del cuentacuentos o la interacción con aves como águilas o lechuzas. Este espacio destinado a los más pequeños, situado en la plaza de María Pita, es una de las novedades de este año en sustitución de los habituales torneos de justas, y acogerá numerosas iniciativas durante los días que dura la feria.

En un clímax marcado por la música de los tambores, el olor desprendido por los alimentos de los diferentes puestos, y la amplia decoración habitual de las calles de la Ciudad Vieja y de la vestimenta de los vendedores de los establecimientos, el asistente puede disfrutar de una experiencia muy completa.

Como cada año, los distintos puestos de venta que están esparcidos por el casco antiguo, ofrecen todo tipo de productos artesanales que parten de una temática medieval como base.

Dentro de la oferta gastronómica que incluye la Feira das Marabillas, los principales puntos de atracción para los amantes de la buena mesa, están situados en las plazas de Azcárraga, de la Constitución, de las Bárbaras y en Puerta Real. En los puestos presentes en estas zonas y rodeado del ambiente propio de esta festividad, se pueden comer productos muy variados en pleno corazón de la feria.

Esto se suma a los puestos de venta de comidas específicas que pueden encontrarse junto al resto de establecimientos. Los alimentos expuestos son, mayoritariamente, de producción artesana y de una amplia variedad que satisface a todos los gustos.