Las áreas municipales preparan sus necesidades económicas y planes de actuación para el próximo año. Su conjunto conformará el presupuesto de 2017 que, además de quedar marcado a fuego por la necesidad de consenso para aprobarlo en tiempo y forma, está condicionado por la aprobación tardía en el ejercicio anterior y las dificultades para su ejecución. También por un ritmo de crecimiento macroeconómico que "no será suficiente para una reducción significativa de los niveles de desempleo". Así lo analiza la instrucción enviada a los diferentes departamentos del Concello por la responsable de Facenda, Eugenia Vieito. Las propuestas de gasto deben llegar a sus manos antes del día 15, según el calendario fijado.

En la instrucción, el pistoletazo de salida oficial de la elaboración del presupuesto todos los años, establece los criterios generales de las propuestas de recaudación, gasto e inversión. Se adelanta más de un mes respecto al presupuesto del año pasado, cuya aprobación se convirtió en un vía crucis por la falta de acuerdo del Gobierno municipal, en minoría, con las fuerzas de la oposición.

El PSOE, cuyos seis votos son clave para poder aprobar el documento, ha señalado esta semana que quiere establecer un "marco previo negociador" para el próximo curso político y condiciona su apoyo al cumplimiento de una serie de acuerdos del año en curso que consideran pendientes. El Ejecutivo se comprometió a analizar con "ánimo constructivo" el documento enviado y ha solicitado reunirse con el grupo liderado por José Manuel Dapena.

Paralelamente, los departamentos preparan el esquema de sus previsiones para el ejercicio 2017, con un escenario y perspectiva económica definida en la instrucción del área de Facenda. Donde el año pasado este departamento indicaba que se tendrían que tener presentes los problemas derivados del exceso de gasto por encima de los ingresos en el año electoral, el área dirigida por Eugenia Vieito pone hoy el acento en que el gasto no financiero que se defina para 2017 está supeditado a la ejecución del de 2016. Esto remite a una regla de gasto impuesta por el Gobierno central, una forma para calcular qué se puede y qué no se puede gastar para no desequilibrar las cuentas municipales. Por tanto, las inversiones que se pueden prever para el año que viene dependen del grado de ejecución del presupuesto del año anterior. En este grado de ejecución se suma, según fuentes consultadas, tanto el presupuesto nuevo que se aprobó en mayo, como el presupuesto prorrogado de la primera parte del año.

Es por eso que, para que Hacienda no reduzca las posibilidades de inversión de la Administración municipal coruñesa, la concejal responsable insta en la instrucción a todo el equipo municipal a esmerarse en alcanzar "el mayor grado de ejecución posible aunque el periodo de gasto sea menor debido a la tardía entrada en vigor del presupuesto de 2016".

En ese escenario, las previsiones de crecimiento a nivel español y gallego siguen sin ser las deseadas, según expresan en en el documento: a nivel europeo de un 1,9%, de un 2,7% a nivel español y de un 2,5% a nivel gallego. "Este ritmo de crecimiento no será suficiente para una reducción significativa de los niveles de desempleo y pobreza, lo que obliga necesariamente a que el Concello priorice el gasto social como instrumento equilibrador y corrector de las desigualdades socioeconómicas, además de garantizar unas prestaciones y servicios públicos sociales de calidad", advierte el área de Facenda.

En un tercer punto del análisis de la coyuntura económica sobre la que se levantará el presupuesto, el documento recuerda que hay una serie de constricciones impuestas y carencias en el sistema de financiación de las entidades locales. Por un lado, persiste la contención obligada del gasto público municipal y, por tanto, la merma de autonomía financiera de los ayuntamientos, lo que afecta de manera "importante" a la capacidad de gasto. Por otro, un sistema de financiación "que imposibilita la cobertura suficiente de los recursos que serían necesarios para que desde el Concello se pudiesen atender debidamente a las necesidades y demandas generales de la ciudadanía". En este sentido, el alcalde, Xulio Ferreiro, recordó que, tanto desde A Coruña como desde otros municipios, se ha demandado en numerosas ocasiones una revisión del modelo.