Donar su obra para reivindicarla y difundirla. Ese será el homenaje elegido por la familia de Tomás Barros para conmemorar las tres décadas del fallecimiento del artista, que fue miembro de la Real Academia Galega da Lingua y que preparaba su ingreso en la Academia de Bellas Artes cuando falleció.

El homenaje al pintor, poeta, ensayista y autor teatral incluirá varios actos y la donación de varias de sus obras a diferentes entidades. La familia elude por ahora desvelar qué entes serán los destinatarios de las creaciones de Barros. Avanza que habrá tanto instituciones públicas como privadas que "han colaborado con el autor y reconocido su labor artística, cultural e intelectual", sobre todo de A Coruña y Ferrol. Los familiares también se guardan por ahora los detalles de los actos con que recordarán al artista al tiempo que reivindicarán su obra, que a su juicio "nunca fue apreciada en su justa medida" y mucha de la cual permanece inédita, aseguran los hijos.

"Como suele ocurrir -nadie es profeta en su tierra- su obra ha obtenido un reconocimiento internacional (Primer Premio Internacional de Poesía del círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos de Nueva York por la obra A Imagen y Semejanza, de 1972) y ha protagonizado estudios e investigaciones tanto en Estados Unidos como en Canadá. Y es tras su fallecimiento cuando más se investiga su obra", sobre todo la de teatro, siendo objeto de estudio y análisis en las universidades de Santiago y A Coruña", reivindican los hijos de Tomás Barros Pardo, que nombran a varios estudiosos de la obra de su padre tanto en Estados Unidos y en Canadá como en Galicia.

Nacido en Toledo, el artista se afincó en Galicia, tierra de sus padres, a los seis años. Vinculada a la tierra y la cultura gallegas desarrolló su posicionamiento intelectual y su obra artística. El artista formó parte de los autores incluidos en el "extrañamiento interior", un grupo de intelectuales antifranquistas que colaboró con exiliados, como hizo Barros con Luis Seoane, Rafael Dieste, Vicente Aleixandre, Celso Emilio Ferreiro o su primo Isaac Díaz Pardo. Compaginó la creación artística e intelectual con la docencia durante treinta años en la Escuela de Magisterio de A Coruña, ciudad en la que falleció.