El vecino de A Baña acusado de violar a su mujer, a sus tres hijastras y de abusar sexualmente de la hija pequeña del matrimonio llegó, presuntamente, a sedarlas para cometer las agresiones. Así lo manifiestan las víctimas, quienes aseguran que comenzaron su calvario después de cumplir los 10 años. Las afectadas sostienen que el procesado, que permanece en prisión provisional desde noviembre de 2014, les echaba gotas en las bebidas diciéndoles que eran vitaminas, pero, en realidad, las adormecía.

El sospechoso, que se enfrenta a una petición de 67 años de cárcel por las violaciones y los abusos, sucedidos durante más de una década, se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña. Durante su declaración defendió su inocencia y alegó que sus familiares lo denunciaron por motivos económicos. Así, mantiene que su exmujer influenció a sus cuatro hijas con el objetivo de apropiarse de sus bienes. La afectada y las tres hijas que tenía de otra relación se mudaron desde Canarias a A Baña para vivir con el detenido. Los abusos, según las acusaciones, se sucedieron durante años, principalmente en la residencia familiar, hasta que una de sus hijas denunció los hechos cuando cumplió 18 años.

La Fiscalía destaca en su escrito de calificación que el coruñés ejercía "un control de dominación y violencia sobre ellas" aprovechándose "de su condición de cabeza de familia y de la dependencia económica que tenían de él". El representante del Ministerio público insiste en el clima "de terror, violencia, obediencia y sumisión" en el que el arrestado tenía "a toda su familia". Durante el juicio de ayer declararon, además del investigado, sus dos hijastras mayores, quienes contaron las agresiones sexuales a las que presuntamente las sometía el procesado. Las perjudicadas solicitaron testificar tras un biombo, pero el tribunal rechazó su petición. Una de ellas sufrió una crisis de ansiedad cuando era interrogada su hermana, por lo que fue necesario alertar a los servicios de emergencias. Una ambulancia se desplazó a la Audiencia y asistió a la afectada, que pudo declarar. La vista continuará hoy y mañana.

El abogado del sospechoso, Estanislao de Kostka Fernández, defendió "la presunción de inocencia" de su cliente y se mostró convencido de que el relato de las denunciantes es falso. "Solo hay unas declaraciones contra él. Se analizaron las sábanas donde decían que las violaban y no había ADN, tampoco se encontró un diario que decían que tenía. La necesaria Ley de Violencia de Género a veces tiene fallos. Este caso es típico de una mujer con experiencia en este tipo de denuncias ", recalcó, al tiempo que señaló: "En nuestro despacho no defendemos a violadores salvo que creamos en su inocencia". El letrado confía "en que se haga justicia".

La presidenta de la asociación que apoya a las víctimas denunció el rechazo que sufren las jóvenes en A Baña. "La gente del pueblo no lo creía, era una mujer que venía de fuera, de Canarias, con tres hijas. Pensaron que iban a por dinero y a conquistar a un hombre", indicó, al tiempo que señaló que las afectadas están a tratamiento psicológico.