La Policía Nacional tiene registrados 95 asaltos y robos con fuerza en locales comerciales de distintos barrios de la ciudad en todo el mes de agosto, una media de tres al día y un 60% más que el año pasado. La mayoría de estos delitos, 88, se produjeron de noche, con los establecimientos cerrados, frente a 7 que ocurrieron por la tarde.

Esta es la tendencia delictiva que advierte el 091 este verano, frente al asalto a viviendas que causó la alarma en los vecinos hace dos años, cuando entre julio y agosto se registraron 186 denuncias por robos con fuerza en pisos, 23 más que las que se habían presentado en los seis meses anteriores.

Los allanamientos que el mes pasado se produjeron en la ciudad se localizan prácticamente en todos los barrios. En cafeterías, bares, oficinas, peluquerías, comercios, joyerías, oficinas, panaderías, librerías, almacenes y otros negocios que en algún caso sufrieron dos asaltos en pocos días. Los ladrones se han llevado generalmente pequeñas cantidades de dinero en efectivo y algún ordenador portátil, según fuentes policiales. De noche o de madrugada casi siempre, sin actividad en los locales para no ser sorprendidos por los empleados.

El perfil que los agentes dibujan de estos asaltantes difiere del de los delincuentes que hace dos años entraron con fuerza en viviendas. Mientras que aquellos formaban parte de grupos organizados de países de Europa del este que se asentaban en la ciudad durante unos días para volver a actuar luego en otros lugares, estos son ladrones habituales con residencia en A Coruña y con antecedentes penales. "Chorizillos de poca monta", define una fuente policial consultada.

Para explicar por qué este verano ha cambiado la tendencia delictiva, los sindicatos de la Policía Nacional exponen más de una razón: la reducción de las patrullas de seguridad nocturnas, que han bajado de siete a dos para toda la ciudad; el cambio de horario desde abril, que supone que el mismo personal tiene más días de trabajo; la deficiente distribución de efectivos de la comisaría provincial; la nula tasa de reposición de puestos; y la falta de refuerzo de patrullas de investigación. El hecho de que los vecinos adviertan la escasez de agentes en las calles y alarmen de ello no pasa desapercibido a los delincuentes, que aprovechan para actuar, señala una fuente sindical.