La lluvia vuelve con fuerza y anega la ciudad después de uno de los veranos más secos de las últimas décadas. Las precipitaciones comenzaron la noche del lunes y continuaron de forma intermitente durante todo el martes hasta alcanzar la cifra de 36,8 litros por metro cuadrado durante ese día, según los datos de la estación de medición de Meteogalicia. La situación no cambió con la llegada de un nuevo día y ayer la lluvia siguió cayendo sobre el territorio coruñés, lo que permitió que a media noche de ayer se situase en torno a los once litros por metro cuadrado.

El grueso de las precipitaciones se produjo en horario nocturno y provocó diversos desperfectos por la ciudad que obligaron a actuar a los servicios de emergencias. De esta manera los bomberos tuvieron que achicar agua del túnel del Materno con una bomba, en la avenida de A Pasaxe, después de que un vehículo se quedase atrapado en el interior cuando el agua alcanzó tal altura que impidió el funcionamiento del motor del coche.

Otra emergencia que necesitó ser atendida fue la rotura de una tubería de la red general de agua en el edificio número cuatro de la calle Santa Cecilia, en el barrio de Monte Alto, que causó daños en las escaleras y en el bajo del bloque. El tercer piso del número 49 de la calle Real tampoco se libró de los efectos de la lluvia ya que el agua entró en la vivienda a través de una galería y afecto a la red eléctrica del inmueble.

La noche de ayer también dejó numerosas incidencias en los sumideros de unos sumideros de la ciudad que se vieron incapaces de absorber tanta agua después de varios meses sin apenas actividad. Esto produjo que las calles del entorno de las alcantarillas obstruidas se viesen afectadas, como sucedió en las inmediaciones de la plaza de Pablo Iglesias, en O Castrillón, donde la primera hora de la mañana aún se podían ver algunas de las consecuencias de las inundaciones nocturnas.