Todo empezó alrededor de una mesa, con la cena o la comida dispuesta sobre el mantel, sin más pretensión que dejar volar la imaginación. Cuenta la directora Olga Osorio que su último trabajo, ReStart, hablaba de viajes en el tiempo y que, poco a poco, ese tema se fue metiendo en las conversaciones que se oían en los pasillos de su casa, cada uno desde su punto de vista. "Me hacían mucha gracia las conversaciones que tenían mis hijos sobre los agujeros de gusano [es una hipótesis de Física que plantea la posibilidad de que se puedan hacer viajes en el tiempo], entonces, escribí un guion basado en sus charlas, con la intención de rodar un corto, pero como una actividad familiar, durante el verano", explica la profesora Olga Osorio.

Una vez que ya había escrito el guion decidió mandarlo a un concurso, con el objetivo de rodar el corto a nivel profesional si quedaba en buena posición. "Fue finalista", recuerda Osorio, así que, empezó a "soñar", a soñar con que la historia se repitiese y con que Einstein-Rosen, al igual que lo había sido ReStart, fuese elegido para formar parte de la Oficial Fantàstic, del festival de Sitges. Entonces, empezó a "apurar", a correr para acabar en plazo y para competir, como ya lo había hecho antes.

"Lo mandé y lo eligieron de los más de mil cortos que reciben de todo el mundo", explica Osorio, cuya obra es la única dirigida por una mujer española que se exhibirá en la sección oficial del que es el festival de cine fantástico más importante del mundo.

La película, que cuenta con el apoyo del Concello de A Coruña, cuenta con la particularidad de que está protagonizada por sus dos hijos, Teo y Óscar y por el Barrio de las Flores, un escenario que se convierte en clave para el devenir de la historia.

Einstein-Rosen (Trailer) from Miss Movies on Vimeo.

"Einsten-Rosen se desarrolla en 1982 y en 2017 y es un corto sin presupuesto, así que necesitaba un lugar que apenas hubiese cambiado en estos años y el Barrio de las Flores está casi igual que cuando se construyó en 1967", dice Osorio, que solo tuvo que "borrar una pintada en posproducción". Sabía, además, que la estética del barrio le iba a "dar juego" en los planos que eligiese para rodar esta historia en la que, además de los pequeños, que entonces tenían seis y ocho años, actúan los profesionales Xúlio Abonjo y Ricardo de Barreiro.

"No teníamos ninguna relación con el barrio, salvo que la directora de arte, Beatriz Gayoso, es de allí", comenta Osorio. Y ese lugar al que no les unía casi nada se convirtió en el escenario perfecto para dar vida a dos hermanos, uno vestido con su camiseta de Naranjito, con el balón de fútbol pegado a los pies; el otro, el mayor, con la idea de sí mismo de que es "el listo de la casa", el que tiene inquietudes científicas y el que no cree a su hermano cuando éste le dice que ha encontrado un agujero de gusano, un lugar en el que espacio y tiempo no son exactamente como les habían explicado en el colegio.

Dice Olga Osorio que no puede contar mucho más porque el corto "es muy corto", porque dura nueve minutos y porque la magia de todo lo que pasa está condensada en el guión.