Cuando la cota de 40 metros sobre la altura del mar se quedó corta para dar suministro a una creciente ciudad tanto en habitantes como en el tamaño de las edificaciones, los depósitos comenzaron a realizarse a una altura más elevada para que el agua pudiese llegar con más presión. "Cuanta más altura tenga el agua, más presión se podrá ofrecer a las viviendas sin necesidades de que se empuje por bombas", explica Roberto Catoira, quien afirma que el aumento de la cantidad de depósitos existentes busca "adaptar la red de suministros a las variadas cotas existentes en la ciudad, que están entre cero y 280 metros".

De esta manera, las estaciones de bombeo de Ciudad Jardín y de Os Castros, no tardaron en brotar en el paisaje coruñés para abastecer a unas zonas que estaban a más altura de la que era capaz de suministrar el depósito de Monte Alto.

Según Orejón y Catoira, esto fue clave para el desarrollo urbanístico de la ciudad pero en los años 60 y 70 se hizo necesaria la creación de la presa de Cecebre para garantizar que siguiese creciendo. "El depósito de Monte Alto y la construcción del embalse de Cecebre constituyen los dos puntos clave del abastecimiento de la ciudad", aseguran desde la compañía.