La concejal socialista Mar Barcón explica su "no" al hasta el sábado secretario general del partido, Pedro Sánchez, considera que la formación está ante una situación muy complicada al plantearse la abstención en una posible investidura de Mariano Rajoy, pero cree que las terceras elecciones no son una buena alternativa. Considera que, aunque el PSOE permita que gobierne el PP en Madrid, esa decisión no afectará a su apoyo en la investidura en la que entregaron la Alcaldía en mayo de 2015 a Marea.

-Después de su voto negativo el pasado sábado a la propuesta de Pedro Sánchez, ¿hará una asamblea como le piden los militantes de la agrupación?

-Habitualmente, antes de los comités federales hacemos una reunión informativa y, después, también. Yo soy miembro nato del comité, no formo parte de la delegación gallega sino que fui elegida por el comité federal, por una cuestión estatutaria, donde dan cuentas los delegados del comité federal es en el comité nacional y, como lleva ocho meses sin reunirse... Pero haremos lo de siempre, sin mayores aspavientos.

-En la reunión previa, la mayoría de las intervenciones fue a favor de la propuesta del secretario general, su voto fue contrario y ahora le piden explicaciones en una asamblea.

-De las intervenciones yo destaco que, salvo personas que tenían una posición frentista, lo que había era una enorme preocupación por la situación del partido, que iba más allá de una decisión o de la otra y por las decisiones que tiene que tomar el PSOE de cara a la sociedad.

-Pero tampoco anunció su voto, ¿cuándo decidió que se posicionaría en contra de Sánchez?

-Enuncié lo que a mí me parecía y que compartía con otra gente, la preocupación por la dificultad que está pasando el partido, lleva casi un año con una situación interna en la que la división ha ido en aumento y ha alcanzado a la práctica totalidad de las federaciones, una situación de confrontación entre la ejecutiva federal anterior y la mayoría de los representantes de las federaciones. Enuncié también mi preocupación por el tiempo pasado desde junio, sin avanzar en el tema de la gobernabilidad.

-Entonces, ¿el voto lo decidió en Madrid?

-Lo fui decidiendo, como todos los votos. Los miembros del comité federal evaluaron cómo estaban los delegados de su federación, los de España y la evolución y el trabajo de la ejecutiva y evaluamos la pregunta, que era que si el mes que viene podíamos tener un congreso en estas circunstancias y yo, desde luego, no veía cómo podíamos hacerlo.

-El no a esa pregunta implicaba la dimisión de Pedro Sánchez, un secretario general elegido en primarias por la militancia.

-Esa fue una decisión que tomó el secretario general, llevó ese calendario sin acordar con la mayor parte del partido. Hace tres meses, hubo un comité federal en el que el secretario general manifestó que hasta que no estuviese resuelto el problema de la gobernabilidad de España no podía ir el partido a un congreso y, entonces, tenía muchísima razón. Yo pensé que aquello era todavía válido. Si yo fuese el secretario general no hubiese llevado ese calendario.

-¿No se siente cuestionada o en la obligación de poner su cargo a disposición de la militancia?

-Mi cargo como secretaria general de la agrupación siempre ha estado a disposición de la militancia y el de la ejecutiva también. La militancia es la dueña de los cargos internos. ¿Cuestionada? Naturalmente... Fuese cual fuese el voto habría una parte que no estaría de acuerdo.

-En el caso de las primarias a las elecciones gallegas se posicionó del lado de Méndez Romeu, que perdió contra Leiceaga, que recibió el apoyo mayoritario de la militancia, ¿no hay un divorcio entre lo que deciden los líderes y lo que defienden las bases?

-En las primarias votó la militancia. Unos a uno y otros a otro. A Méndez le apoyaba una parte y a Leiceaga, otra. A Leiceaga había muchos cargos que le apoyaban.

-En los dos casos, usted votó en la misma línea que el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ¿está más cercana a las tesis de Caballero que a las que defiende el secretario provincial, Julio Sacristán?

-No sé cuál era la posición de Sacristán ante el comité federal. Mi posición fue la mayoritaria del partido en España.

-Con este resultado, la abstención del PSOE en una posible investidura de Rajoy está encima de la mesa, ¿cree que sería una buena decisión?

-Es una decisión mucho más difícil ahora que hace unos meses, en junio no se gestionó bien el resultado electoral y cuál debía ser el camino a seguir. No sé cuál va a ser ni la posición del grupo parlamentario ni la de la propia gestora. No sé qué le dice la gente al resto de los compañeros. Yo casi todo lo que oigo de los ciudadanos es que no quieren otras elecciones. Si España no tiene Gobierno no es por culpa del PSOE, Pedro Sánchez se presentó a la investidura y Pablo Iglesias decidió hacer táctica política, creyó que iba a tener un mejor resultado en las segundas elecciones.

-Pero ustedes, sin embargo, le dicen al PP que es su formación la que tiene que buscar apoyos, si el PSOE no los encontró y no obtuvo mejores resultados en las urnas, también tendrá algo de responsabilidad, ¿no?

-Creo que todos los progresistas de España saben que aquella decisión de Pablo Iglesias, que no estaba fundamentada en nada, quebró la posibilidad de tener Gobierno. Digo que no estamos en esta situación exclusivamente por el PSOE. Tendrá una parte de responsabilidad, pero hay que pensar que hizo un esfuerzo por formar Gobierno. Decirle a la gente que tiene que volver a votar porque no nos gustaron los resultados ni de las primeras ni de las segundas elecciones... me parece que hace recaer la responsabilidad sobre los ciudadanos, cuando ellos ya han hablado dos veces.

-¿Una abstención no la ve tan mal como otras elecciones?

-Es una decisión difícil, para el PSOE mucho más difícil de tomar que en junio. Ojalá tuviese yo la fórmula y la respuesta, yo solo señalo la complejidad de la situación.

-¿Una abstención en Madrid podría afectar al Gobierno local en A Coruña, ahora que están manteniendo conversaciones con la Marea para reformularlo?

-Que yo sepa no.

-¿No hubo ninguna conversación?

-Estamos hablando con el alcalde para iniciar las negociaciones de los presupuestos de 2017.

-¿Pero ahí se habló de entrar en el Gobierno local?

-Lo que hablamos con el alcalde la ciudad no lo voy a comentar en los medios. Los acuerdos que se alcancen serán públicos y las conversaciones, privadas. Nosotros acudimos a la llamada del alcalde, que quería hablar sobre los presupuestos, le presentamos una serie de propuestas y, cuando tengamos algo que decir, lo dirá el portavoz del grupo municipal.

-¿Y podría afectar a la gobernabilidad de la ciudad la abstención del PSOE en Madrid?

-No veo cómo.

-Pues dejando de apoyar a Marea, ¿qué haría el PSOE en el caso de que el alcalde presentase una moción de confianza?

-Nuestras decisiones respecto al Gobierno municipal se toman evaluando cómo han sido estos meses y el interés de los vecinos. Se han perdido 15 millones de euros porque el Gobierno local ha sido incapaz de gestionar ese proyecto. Hemos encontrado dificultades a la hora de incorporar propuestas y de mantener una relación que mejorase esas políticas y que trasladase el cambio prometido, pero vemos un atasco en la gestión brutal.

-Le repito la pregunta, ¿qué haría el PSOE en una moción de confianza?

-No creo que se vaya a llegar a una moción de confianza. No tengo ninguna noticia. Si la presenta ya valoraremos por qué lo hace. El PSOE hasta ahora ha apoyado e intentado ayudar, no creo que haya lugar a duda.

-Dentro de la propia agrupación y de los concejales que se sientan en María Pita hay disparidad de opiniones, ¿cómo están gestionando esta situación?

-Los concejales somos personas que opinamos y tomamos una decisión y votamos todos juntos. No se trata de que haya distintas corrientes de opinión, no es que hayan ido muchos asuntos a pleno, pero en los que han ido no ha habido disparidad de criterios. Yo nunca he percibido ningún problema por eso.

-¿No hay peligro de escisión?

-Yo creo que no. El PSOE es un partido con experiencia de mucho debate interno. Ahora parece que hay más porque hay redes sociales. La gente no se calla y no tiene por qué hacerlo. Es un partido en el que ganar una votación no significa que tengas razón y que puedas hacer cualquier cosa, sino que tienes que llegar a acuerdos. Yo creo que el partido volverá a tender puentes.

-Pero en el PSOE los que ganan marginan a los que pierden.

-Sí, es un defecto que hemos incorporado con las primarias y que creo que tenemos que mejorar, porque el que gana no puede eliminar a la otra parte, porque nos hacemos daño. Yo creo que, quien gana primarias, tiene que integrar a los de otras listas, porque es una manera de reconocer a aquellas personas que no han ganado en un proceso orgánico, pero que son imprescindibles para el partido. El PSOE no se creó para ganar ejecutivas sino para transformar la sociedad.