El rompecabezas del nombramiento del jefe de Policía Local sigue abierto desde que el Gobierno anterior destituyó en 2011 "por falta de confianza" a Antonio Alfeirán, máximo responsable del cuerpo ligado a los gobiernos socialistas. Por decisión de los populares, José Antonio Brandariz fue el sustituto en el cargo, que ocupa de forma accidental desde abril de 2012. El Gobierno anterior inició una hoja de ruta para su consolidación en el puesto, condicionado a tener un rango, el de superintendente, que no puede alcanzar hasta 2017 y que sí tiene Alfeirán. Este proceso recibió varios recursos judiciales de UGT que fueron desestimados. Tras dos concursos desiertos y según la normativa autonómica, hace un año que tendría que haberse convocado el tercer proceso de selección. Fuentes municipales indican que no hay novedades al respecto.

La última convocatoria fue en junio de 2014. Quedó en blanco por una resolución de septiembre del mismo año. Era la segunda ocasión que se convocaba y la segunda ocasión que quedaba desierta. Y en ambas se presentó Alfeirán, con Brandariz aún sin el título de superintendente para hacerlo. UGT reclamó ante los tribunales que no podía quedar desierta, al tiempo que acusaba al Ejecutivo popular de querer convocar la plaza año a año dejándola sin asignar hasta que Brandariz tuviese el título preciso. Los jueces no le dieron la razón: la plaza puede quedar desierta por ser un "cargo de libre designación". Heredado del vazquismo, el PP consideraba, por encima de su currículo, que Alfeirán no era merecedor de ser parte de la cúpula de confianza.

¿Cuándo será Brandariz superintendente? Según dicha hoja de ruta, trazada cuando Julio Flores asumió el área de Seguridad, será en julio de 2017. En septiembre de 2013, el Concello sacó una plaza de intendente por movilidad, para funcionarios procedentes de otras policías locales, excluyendo así a los candidatos del cuerpo coruñés. Brandariz, como único candidato, fue el seleccionado. Una vez obtenido este título, ratificado en julio de 2014, tendrían que pasar tres años hasta alcanzar la superintendencia y, por tanto, hasta que pudiese presentarse a la vacante de jefe de la Policía Local y dejar la condición de accidental. También UGT recurrió el proceso y también fue tumbado en los tribunales.

Efectivamente, la ley de Policías Locales de Galicia (2007) dicta que el nombramiento del jefe de Policías Locales de Galicia será efectuado por el alcalde por el sistema de libre designación. Es pues un cargo de confianza pero tiene que venir precedido de una convocatoria pública para que puedan acceder a ella "funcionarios de carrera de otros cuerpos municipales o de la Policía de Galicia, siempre y cuando pertenezcan a la categoría de la plaza que se va a cubrir y cumplan los requisitos". En caso de que está vacante, prosigue la ley gallega, el alcalde tiene que cubrir el puesto "de forma inmediata por el proceso anterior y, en todo caso, en el plazo máximo de doce meses publicará la convocatoria pública del puesto".

Ahí está la encrucijada. Hasta dentro de un año Brandariz, que ficharon como cargo de confianza los populares, no tendrá el título de superintendente necesario. Realmente solo disponen de él en Galicia Alfeirán y el ex jefe de Ourense, investigado en la Pokemon y apartado del cargo. Alfeirán, ligado a los gobiernos socialistas, ya se ha presentado a las dos convocatorias desiertas anteriores, algo que se podría volver a repetir. Otra patata caliente de esta situación para el Ejecutivo es la relación con la plantilla: el retorno de Alfeirán podría abrir una crisis importante, dado su histórico enfrentamiento con la Asociación Profesional de Policía Local, una herida sin cerrar. El plazo para la nueva convocatoria, según la ley, habría expirado en septiembre de 2015, hace más de un año.