La Xunta ha abierto la ría de O Burgo al marisqueo, aunque los profesionales no faenarán hasta este viernes, cuando la marea es propicia para la práctica extractiva. Los mariscadores volverán a trabajar después de casi dos meses de parón, por los altos niveles de toxina lipofílica registrada en los bivalvos que crecen en A Pasaxe.

La Xunta ordenó el cierre del estuario el 19 de agosto por esta razón y no recibió el visto bueno de la Xunta para reabrir hasta el pasado sábado, 8 de octubre, cuando los índices de contaminación ya habían bajado. La Cofradía envió todavía el pasado lunes muestras al Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) para confirmar que se mantenían los niveles de toxinas lipofílicas por debajo del máximo establecido.

Los mariscadores se han enfrentado durante este año a cinco cierres por toxinas e hidrocarburos y calculan que han dejado de ganar más de 135.000 euros.