Un padre y su hija aceptaron ayer ser condenados a penas de prisión por vender droga a consumidores, la mayoría menores, en las inmediaciones de su domicilio, situado en la ciudad. Ambos reconocieron los hechos que les imputaba el fiscal en su escrito de calificación y se conformaron con ser sentenciados a tres años por cometer un delito contra la salud pública. El procesado, de 61 años, fue castigado con un año más de prisión que su hija, de 23 años, por cometer un delito de tenencia ilícita de armas. La Policía Nacional se incautó en mayo de 2015 de cocaína y hachís durante el registro de la vivienda en la que residían los sospechosos, en la que también había dos escopetas y una pistola propiedad del imputado, que carecía de licencia para portar armas.

La Fiscalía demandaba para el acusado ocho años de prisión; y para la acusada, tres años y siete meses. Finalmente, el representante de Ministerio público llegó ayer a un acuerdo con el abogado defensor sobre las penas, por lo que el juicio no se celebró y el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial dictó sentencia oral en la sala. Contra el fallo no cabe recurso porque fue dictado bajo la conformidad de todas las partes implicadas en el procedimiento judicial.

Los condenados fueron descubiertos tras la investigación iniciada este año por la unidad de la Policía Nacional especializada en el tráfico de estupefacientes "a partir de informaciones y confidencias facilitadas por ciudadanos y vecinos anónimos". Durante el seguimiento, realizado entre abril y mayo de 2015, los funcionarios interceptaron a algunos de los consumidores después de abandonar el inmueble, por lo que les decomisaron la droga que habían adquirido. La mayoría de los menores que fueron interrogados por los policías habían comprado hachís. Los imputados, en ocasiones, les fiaban pequeñas dosis cuando no disponían de dinero suficiente para pagarlas en efectivo, según informó entonces el 091 tras entrevistarse con algunos de los consumidores.

Una vez que los agentes constataron que en las inmediaciones del piso los sospechosos vendían droga, procedieron a solicitar permiso judicial para la entrada y registro del inmueble, en el que decomisaron, además de 50 dosis de cocaína y de medio kilo de hachís, 3.500 euros en efectivo supuestamente procedentes de la venta de droga, teléfonos móviles, dos escopetas de caza, una pistola con municiones y un gran número de armas blancas, como machetes y navajas. Cada uno de los procesados, además de ingresar en prisión -cuatro años el padre y tres años la hija-, fue condenado a abonar una multa de 1.800 euros. El hombre ya tenía antecedentes penales por tráfico de drogas.