Teléfono estropeado entre el Gobierno local y el PSOE coruñés. El alcalde censuraba al portavoz socialista, José Manuel Dapena, por no haberle cogido el teléfono para informarle de la creación de la nueva área metropolitana. El portavoz socialista reconocía que no habían mantenido ningún tipo de contacto desde el viernes. Y eso que el Gobierno local tenía intención de comenzar a hablar del tributos e impuestos ya esta semana. Sin "nuevo marco de relación", todo se estanca. Después de llamarlo "posibilidad", el PSOE parece que lo tiene claro: o con ellos en el Ejecutivo o nada. Desde fuera, el BNG advierte que, mientras "deshojan la margarita", no se le está poniendo coto a los problemas de la ciudad.

El alcalde, Xulio Ferreiro, reitera que no se puede construir una coalición con los cimientos en "insultos" en lugar de sobre las "confianzas" necesarias. Dapena responde que la confianza se gana "trabajando juntos". El regidor apuesta por estabilizar la relación, con una comisión de control conjunto pero sin bipartito, y defiende que, demostrando que son capaces de consensuar unas ordenanzas fiscales y un presupuesto para 2017, se podrá empezar a hablar de pacto.

El PSOE revuelve el orden de factores y se planta en la propuesta que retomó después de las elecciones generales. En ellas, En Marea perdió votos respecto a los resultados de Marea Atlántica en las municipales y el PSOE coruñés se mostró de nuevo incapaz de frenar la sangría de votos que lo sitúan como tercera fuerza. Asegura Dapena que lo suyo no es "un ultimátum", sino que "ponen encima de la mesa una cuestión para que se aborde y se dé contestación formal".

En un escenario en el que la fluidez brilla por su ausencia en la relación entre ambos partidos, los socialistas deciden presentarse como garantía para "enderezar el rumbo de la ciudad" y "dotar de estabilidad plenaria" el mandato. Al mismo tiempo, los socialistas desechan el trabajo de los que quieren que sean sus socios: "En este año y pico han evidenciado que no era la solución porque la ciudad no ha arrancado ni es el cambio de progreso que el PSOE quiere apoyar".

Crítica se mostró con ambos la edil del BNG, Avia Veira, excluida de muchas negociaciones por el papel de "socio preferente" exigido por el PSOE. La concejala denuncia que, mientras los partidos "deshojan margaritas", la ciudad "aguarda por que sean abordados los principales problemas de la ciudad, como la pobreza, el desempleo, la movilidad, la venda de la ciudad por trozos por parte del Estado, la vivienda, la situación del comercio o el abandono de los mercados". Para hablar de ello, reiteran, "a estas alturas ya tendríamos que haber hablado de presupuestos y de ordenanzas fiscales".

"Por el contrario, ni nos sentamos a debatir las ordenanzas ni tenemos propuestas concretas de los presupuestos municipales y lo que sí tenemos es un calendario apresuradísimo, y conocido por nosotros a través de los medios, porque no se hicieron los deberes en su momento", reprochan.