El doctor Antonio Rial Boubeta participará en la jornada que organiza la Asociación de Ayuda a Familias de Drogodependientes (Adafad) el lunes, 24 de octubre, en la Fundación Paideia, bajo el título El ser adolescentes de la ¿post?-crisis. Rial hablará sobre el ciberacoso y sus víctimas, así como también de las maneras para combatir este comportamiento, tanto en los que lo sufren como en los que lo ejercen.

-¿Cómo afecta a los jóvenes el hecho de tener al alcance de acosadores y acosados una herramienta como internet, mucho más potente que un insulto cara a cara?

-El acoso y el ciberacoso es una de las grandes preocupaciones que tiene hoy la comunidad educativa, junto al consumo de drogas y alcohol y el uso de internet y las redes sociales. El acoso escolar no es ninguna novedad, el gran problema es el uso poco responsable de internet y las redes sociales entre adolescentes. El grupo de investigación que yo dirijo lleva desde el 2009 realizando estudios en Galicia sobre este tema. Llegamos a ver que hoy en día es muy raro el acoso escolar puramente físico, cara a cara. Es excepcional, suele venir acompañado de ciberacoso.

-¿Por qué?

-Porque el acoso ahora se suele iniciar en las redes ya que constituye un canal magnífico para ello. Hay un cierto anonimato, donde no se tiene la reacción cara a cara, por lo que no se obtiene información inmediata del daño que se está haciendo.

-¿Cómo se pueden prevenir estos comportamientos?

-Primero, hay que tener en cuenta que, para prevenir el acoso en las redes hay que educar en el uso responsable de las redes sociales. Tenemos que entender el contexto en el que vivimos, el nuevo contexto de socialización de nuestros hijos. Sobre el 95% de los chavales gallegos utiliza internet de manera regular. Más del 90% está registrado en alguna red social y el 51% en tres o más. Si simplemente prohibo las redes no consigo nada. Los jóvenes establecen las relaciones incluso de noviazgo en las redes, se hacen novios o cortan por WhatsApp, Facebook e Instagram. El ciberacoso tiene unas particularidades que lo hace todavía más peliagudo que el acoso.

-¿Cuáles?

-Es universal y accesible porque más de la mitad de los niños gallegos tienen un móvil antes de los once años; es anónimo, porque se esconde detrás de una pantalla, es difícil de perseguir y puede ser planificable, es incontrolable, tiene un efecto multiplicador y son 24 horas, no hay escape. Uno de los síntomas es que el niño no quiere quedarse solo en la habitación, no quiere realizar actividades huye de internet. Es muy sutil también, que te ninguneen en una red social o que te echen del grupo de WhatsApp es una manera muy dura de exclusión y de acoso.

-¿Al no recibir "me gusta" en Facebook, por ejemplo?

-O que todos los de la pandilla bloqueen en Facebook a un chaval o en Instagram y que lo echen del grupo de WhatsApp. Eso es exclusión social. Es una posible manifestación de ciberacoso. En cuanto es psicológico y no físico, posiblemente sea más dañino. Hay estudios que relacionan el aumento de los casos de suicidio y de depresión con el ciberacoso. Hay algunos que dicen uno de cada tres o uno de cada cuatro tienen detrás un caso de acoso o de ciberacoso. Algunos llegan a hablar del 40%.

-¿Tan presente está este problema en las aulas?

-Lo que llega a nosotros es la punta del iceberg, estamos entre un 6 y un 9% de los estudiantes de Galicia que manifestaron haberse sentido acosados a través de internet. Un 6,8% reconoció haber acosado a otros. Un estudio de hace unos meses de Save the Children dice que 6,8% de los estudiantes de Secundaria se considera víctima de ciberacoso. Yo me animo a decir que uno de cada diez sufrió ciberacoso de manera severa. A veces, con una cosa muy fuerte, un insulto, una amenaza o una burla en un grupo de WhatsApp en el que están todos tus amigos o ante los tropecientos seguidores que tienes en Instagram, ya es suficiente, aunque solo pase en una ocasión.

-Si uno de cada diez es la proporción de agredidos, ¿cuál es la de agresores?

-Aproximadamente, uno de cada tres agresores es también agredido. Es bastante común la figura de los bullyvictim. Hay una serie de cuestiones que comparten los agresores y los agredidos y también los que son agresores y agredidos al mismo tiempo.

-¿Cuáles son?

-El volumen de uso internet, durante más de cinco horas al día o pasada la medianoche, es sensiblemente mayor entre acosados y acosadores que los que no son ni una cosa ni la otra. En el sexting, que es el envío a otros de fotografías o vídeos de cierto contenido sexual, el porcentaje de los que lo practican es siete veces mayor entre los acosadores que en la población general y cinco veces mayor entre los acosados. La red es el lugar en el que se concentran, sobre todo a determinadas horas del día o de la noche, sin control parental y en determinados foros. La mayoría de los casos de ciberacoso se concentra en ese 51% de chavales que tiene tres o más redes sociales.

-¿Puede ser que por dedicarle demasiado tiempo a internet deriven en este comportamiento, cuando la población general está haciendo otras cosas, como jugando o practicando deporte?

-Claro. Además el ciberacoso no va solo, va a acompañado de sexting, de contacto con desconocidos, de grooming, que es una nueva forma de pederastia, que son adultos que crean perfiles falsos en redes sociales, se hacen pasar por adolescentes y se ganan la confianza de los jóvenes en cuestión de días y tienen una cita física con ellos. Uno de cada tres chavales de Secundaria de Galicia reconoce que tiene entre los contactos de sus redes sociales a gente que no conoce de nada y que, la tercera parte, unos 10.000 casos potenciales, llegaron a tener una cita física con ellos. Los acosados presentan una tasa de contacto con desconocidos mucho mayores. Tienen un perfil de riesgo porque son frecuentadores en la red sin supervisión ni control.

-¿Y cómo se pueden identificar o prevenir esos casos?

-Tiene que ver con las habilidades de vida. Tienen baja autoestima, por eso tienen más necesidad de reconocimiento grupal y de mayor interacción en la red. Los acosadores tienen déficit de asertividad, de saber decir que no. Muchas veces no es el malo del grupo el que acosa en la red, el que acosa lo hace, a veces, de manera "inocente". No es el líder, lo hace porque lo hacen los demás, pero está haciendo un daño muy grande. Tienen también un déficit importante de habilidades en la resolución de conflictos. Los bullyvictims además tienen un patrón de riesgo en todo. Son los mismos problemas de base que con el alcohol y las drogas. Les hicimos también a esos jóvenes un test específico de alcohol y drogas y las tasas de positivos fueron mucho mayores en acosadores y acosados que en la población general, por eso necesita una prevención transversal.

-¿Cuáles son las señales de alerta tanto en agresores como en agredidos?

-No difieren de los del acoso puro, pero no vamos a ver un moratón ni que al niño le falta el reloj porque se lo han robado o roto, pero hay otros signos que son visibles, como la ansiedad. Si antes el miedo era a ir al colegio, ahora va a ser a conectarse a internet, pueden tener crisis de angustia, dolores psicosomáticos y algunos desarrollan síntomas de depresión, tristeza, apatía, fatiga... Si su ánimo cambia es que está pasando algo, Tenemos que fijarnos en lo físico y en sus hábitos de vida. Es frecuente que tengan problemas de autoestima y es posible que le escuchemos comentarios autodespectivos. Poco interés por actividades lúdicas, bajo rendimiento escolar, aislamiento, pérdida de amigos, tendencia a estar solo y a comunicarse menos...

-Y, ¿qué pueden hacer las familias contra eso?

-Tan importante o más que mi hijo no sea acosado es que no sea un acosador. Hay que sensibilizar a los padres de que sus hijos pueden ser acosadores y es más difícil de detectar porque no tienen síntomas. Uno es capaz de hacer muchas tonterías y de hacer daño a otros sin ser plenamente consciente por un problema de autoestima y de asertividad, hay que hacer que tenga capacidad para resolver sus conflictos y que esté educado en valores y limitar las posibilidades de que acose o sea acosado, de modo que hay que establecer límites en el uso de la red y las redes sociales. La gestión del ocio es muy importante. Un niño que hace deporte y que lo hace vinculado a un club tiene menos posibilidades de ser acosador o acosado. Hay también programas que funcionan en los centros contra el acoso escolar que lo que pretenden es que se impliquen los chavales para cambiar las normas del grupo. Si hay un 5% de acosadores, un 10% de acosados, hay un 85% que son observadores, si éstos no hacen nada, no se cambia nada.

-Ahora que se conoce el problema, ¿sigue yendo a más o ya va remitiendo?

-Va a más, aunque no lo podamos decir a ciencia cierta, porque es un fenómeno nuevo y no hay suficientes estudios, pero si aumenta el uso de la red supuestamente aumentará también el problema.