La planificación de una red de transporte público interurbano, la revisión del sistema de recogida de basuras, la mejora del suministro de agua y la necesidad de armonizar la ordenación urbanística de la comarca son algunos asuntos que año tras año incumben de manera colectiva a A Coruña y a los nueve concellos del Consorcio As Mariñas, impulsores del proyecto de área metropolitana coruñesa que anunció esta semana el alcalde, Xulio Ferreiro. La entidad supramunicipal, que no estaría creada hasta que no se apruebe una ley que tendrá que pasar por el Parlamento gallego previo respaldo de los plenos de los ayuntamientos, se concibe para tratar de resolver los tradicionales problemas de la comarca y poner en marcha acciones estratégicas conjuntas con las que asumir de forma consensuada y coordinada la gestión de los servicios y el desarrollo territorial. Mejorar las condiciones de vida, como se proponen una y otra vez, cual déjà vu de loables intenciones pendientes de ejecución, A Coruña y sus municipios vecinos.

Barcelona y Vigo son las referencias a las que mira la futura área metropolitana que en principio integrarían A Coruña y el Consorcio (Abegondo, Arteixo, Bergondo, Betanzos, Cambre, Carral, Culleredo, Oleiros y Sada). Son las dos únicas áreas constituidas en España -en julio de 2010 y de 2016, respectivamente-, cuyas competencias compartidas van a ser tenidas en cuenta por los promotores del plan coruñés para diseñar una institución propia, según admitió Ferreiro este martes. De hecho, los campos de actuación que prevé abordar la futura área (ordenación urbana, transporte y movilidad, medio ambiente, desarrollo económico, cohesión social) no solo coinciden con los espacios competenciales de las áreas viguesa y barcelonesa sino que comprenden los objetivos que se plantean los concellos coruñeses en la declaración de intenciones que el jueves firmaron siete de los diez alcaldes.

Con la base de las dos organizaciones de competencias, la de Barcelona y la de Vigo, el área coruñesa que planifican en su fase primeriza el Concello y el Consorcio -de momento sin la adhesión a la declaración firmada de los tres alcaldes del PP, de Abegondo, Arteixo y Carral- daría encaje a los objetivos con los que solucionar sus eternas asignaturas pendientes y desarrollar nuevas políticas. El proceso para su creación es largo y complejo, sobre todo porque chocan los intereses de administraciones de distinto color político y las relaciones entre los gobiernos locales y la oposición son cada día más tensas -como pasa en A Coruña- y se alejan de concesiones al entendimiento. Ferreiro espera que el área se constituya en 2017.

EMovilidad. Prioridad que repiten los alcaldes en cada arranque de curso político, aunque es la Xunta la que tiene competencias. La red de buses metropolitanos debe mejorar sus prestaciones, ampliar frecuencias, coordinar desplazamientos y favorecer los accesos a A Coruña para acabar con las congestiones de tráfico. Con este espíritu Infraestruturas diseñó unilateralmente un plan que prevé aplicar este año y no convence a los concellos, que dudan de que la entrada de buses en el centro urbano baste para agilizar la circulación en la comarca. El Área Metropolitana de A Coruña apuesta por una planificación apoyada en el transporte público con medidas coordinadas.

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) gestiona la red pública de transporte (salvo el tranvía) en sus municipios de forma directa y a través de concesionarios, diseña líneas de bus, establece tarifas sociales, subvenciona bicicletas eléctricas, define una red de carril bici, financia parte del servicio y otorga licencias de taxi a través de otro organismo. La ley que regula el área metropolitana de Vigo, modificada en julio de este año, establece que la institución, mediante una comisión, ordenará, gestionará, planificará e intervendrá en el transporte público de viajeros por carretera, ferrocarril y marítimo y en los taxis.

EBasura. La gestión de los residuos, a cargo de la planta de tratamiento de Nostián a la que están adscritos A Coruña y el Consorcio, no convence a los concellos, que cada año cuestionan el servicio aunque con cautela a la hora de proponer soluciones. El desfase de los índices de reciclaje alcanzados respecto a los previstos y el coste de los recibos, más caros en los municipios de la comarca, provocan constantes dudas en el área, que en la futura institución debería aunar posturas sin fisuras, como las que ha abierto Arteixo, por ejemplo, al manifestar su intención de descolgarse de la actual gestión conjunta. Vigo supedita la gestión de la recogida, transporte, valoración y eliminación de residuos urbanos a la elaboración de un plan metropolitano conforme a los planes autonómicos sobre la materia. Barcelona establece un sistema de recogida selectiva de residuos municipales, gestiona plantas de separación, compostaje y ecoparques y organiza programas de educación para la sostenibilidad.

EAgua. El AMB -explican fuentes de la institución- suministra agua potable a sus municipios a través de varios operadores y gestiona las estaciones depuradoras de aguas residuales del territorio. El área viguesa, de acuerdo con su ley reguladora, prevé mantener las infraestructuras precisas y obrar en las necesarias para asumir el ciclo completo del agua (abastecimiento, suministro, recogida y tratamiento). En la comarca coruñesa, las críticas de los concellos al sistema apuntan al coste y a las infraestructuras de Emalcsa, a la que los alcaldes demandan mejoras respecto a las tasas y a su operatividad. La depuradora de Bens, ejemplo de unidad entre municipios (A Coruña, Arteixo, Oleiros, Cambre y Culleredo) para confiar en un servicio de tratamiento de aguas residuales, puede servir de modelo en la futura área.

EDesarrollo urbano. A Coruña y su comarca admiten, a tenor del texto declarativo, que su territorio necesita una ordenación coordinada para obtener un equilibrio de las actividades urbanas. No sorprende en una zona en la que solo cuatro concellos tienen plan general (A Coruña, Culleredo, Abegondo y Oleiros) y en la que en los demás, regidos por normas urbanísticas de hace décadas, ha habido un crecimiento caótico y desordenado, no se han tratado convenientes reformas urbanas ni preservado espacios naturales o se ha permitido la creación de polígonos industriales sin demanda real de mercado y al servicio (y capricho) de intereses políticos.

El AMB regula su ordenación territorial a través de un Plan Director Urbanístico metropolitano y un Plan de Ordenación Urbanístico aprobados inicial y provisionalmente. La institución ha diseñado y encargado obras en municipios, construido equipamientos y gestionado de forma integral espacios a los que concede gran importancia: las playas y los parques. El área de Vigo, según la ley, fiará su ordenación territorial a un plan integral metropolitano y a proyectos sectoriales en colaboración con la Xunta; su objetivo es organizar el territorio mediante "una planificación infraestructural y de equipamientos de tipo metropolitano y de carácter integrado para un desarrollo sostenible de los concellos".

ECompetencias por definir. La declaración de intenciones firmada el jueves para empujar la constitución del Área Metropolitana de A Coruña avanza diversas parcelas de actuación de carácter genérico o específico que deberían tener acomodo en competencias genéricas de gestión conjunta que en el futuro tendrán que ser definidas. La potenciación del puerto exterior y del aeropuerto de Alvedro, la recuperación de la biodiversidad de las rías, la creación de una base tecnológica o el favorecimiento de un espacio social que fomente la participación ciudadana son algunas de esas áreas de trabajo compartido.

El área de Vigo dedica competencias exclusivas a la prevención y extinción de incendios o a la promoción del turismo y la cultura de los concellos, y encaja en sus atribuciones acciones como la colaboración contra la contaminación acústica, la conservación de espacios verdes o la planificación de proyectos económicos y de empleo. Barcelona ha dedicado iniciativas a la subvención del acceso a viviendas vía consorcio o de reformas en polígonos industriales para atraer empresas, ha puesto en acción un plan de empleo a través de sus servicios sociales y ha iniciado colaboraciones internacionales en proyectos solidarios.

EPrecedentes. El Área Metropolitana de Barcelona está formada por 36 municipios del territorio metropolitano de la ciudad en los que viven 3,2 millones de personas. Sus miembros condensan en siete áreas todas las gestiones y actividades de proyectos y servicios que desarrollan de modo conjunto: territorio (urbanismo y espacio público); movilidad y transporte; medio ambiente (sostenibilidad, gestión de residuos y ciclo del agua); desarrollo económico; vivienda; planificación estratégica; y cooperación e internacionalización.

El Área Metropolitana de Vigo, con un ámbito de gestión de más de 475.000 habitantes de 14 concellos, distribuye sus retos en ocho competencias: promoción económica, emprego y servicios sociales; turismo y promoción cultural; movilidad y transporte metropolitano; medio ambiente, aguas y gestión de residuos; prevención y extinción de incendios; protección civil y salvamento; ordenación territorial y cooperación urbanística; y coordinación en las tecnologías de la información.

Adelantado por parte del alcalde de Marea "el desafío" de crear una Área Metropolitana de A Coruña real, un anuncio inmediatamente acompañado por las críticas de los grupos locales del PP y el PSOE y la rápida movilización de los populares para que sus alcaldes no se arrimasen tan pronto a la declaración firmada el jueves, ahora falta ver de qué manera avanzarán los trámites y en qué quedarán finalmente los propósitos comunes. En más de una ocasión la voluntad de unión entre los concellos de la comarca se quedó solo en eso, en una intención sin profundizar porque cada uno ha limpiado solo el suelo de su propia casa.