"Vamos a hacer algo muy coruñés para coruñeses, de manera que si viene alguien de Vigo, explotará por la traca final". Así describe el humorista Víctor Grande Coruña con Humor, un espectáculo organizado por Rababiero Promocións en el que participará este sábado a las 20.30 horas junto a los cómicos Gary y David Perdomo.

Durante casi dos horas "en las que habrá tiempo para todo, incluso para reírse", el trío pondrá sobre escena sus particulares formas de entender el humor. "Para mí, Gary es el rey del humor negro, la persona menos reconocida de este país por lo que él hace", apunta Perdomo. Frente a él, Grande revela: "Más que probablemente saldré con la guitarra porque no me gusta que se me vea la barriga y, como es Coruña Con Humor, desempolvaré dos o tres canciones que tengo muy coruñesas, como la mítica del Bu, neno, es lo que hay". De su participación en el show, David Perdomo apunta: "Yo nunca sé lo que voy a hacer, ese es mi rollo".

El espíritu coruñés actuará como hilo conductor de una velada humorística en la que cada uno de los tres monologuistas actuará "con su estilo y en su plaza". Y es que la idiosincrasia coruñesa tiene un punto cómico que va más allá de la propia ciudad. "Vaya donde vaya, en cualquier punto de Galicia, yo siempre digo: 'Buenas noches, vengo de A Coruña, nadie es perfecto', y todo el mundo se ríe", señala Grande.

Los tres monologuistas coinciden en que la irrupción de algunos youtubers a los escenarios no redundará en la desaparición de los espectáculos protagonizados por humoristas. "Esa es otra historia y otro público, ellos mueven masas porque hay mucha gente joven que los sigue y tienen una audiencia brutal. Saltan de salón de su casa al Colón, no han pasado por los bares y los pubs", explica Víctor Grande. El humorista, explica Gary, "tiene un territorio pequeño, es el mundo de tu propia locura, y eso lo puedes compartir con ciertas personas, que suelen ser pocas. El hecho de que después consigas llegar a más está más relacionado con cuestiones relativas al capital, no al cómico en sí".

Sobre los límites que los humoristas pueden llegar a tener en pos de la corrección política, David Perdomo afirma: "En el momento en que los cómicos pongan cortapisas a lo que dicen, se acaba el curro. Yo siempre me consideré artesano, no artista, de una situación creo una situación cómica, no plasmamos ideas en un sinfonía o en un lienzo". "En el humor no debería haber censura, yo considero que, mientras no quebrantes ninguna ley diciendo algo, no debería haber problema", apostilla Víctor Grande.