Cuando el Ayuntamiento puso en marcha la Empresa Municipal de Vivienda y Servicios (Emvsa), a la que posteriormente se le añadió el apellido de Actividades, se le habían fijado una serie de cometidos, todos ellos relacionados con el urbanismo. Pero con el paso del tiempo, la compañía acabó convertida en un cajón de sastre para las necesidades municipales y sin recibir la dotación económica necesaria para su equilibrio financiero. Esta situación a Emvsa una deuda de 1,2 millones de euros que pretende eliminar mediante una ampliación de capital, de forma que pueda seguir prestando sus servicios. A continuación se detallan las consecuencias de estos encargos para las arcas de la empresa.

Gestión de multas. El Concello encargó esta actividad a Emvsa en 2013 y consiguió este año que ninguna de las sanciones haya caducado. La empresa ingresa el 15% de las cantidades que consiga cobrar por las multas de tráfico impuestas en la ciudad, pero su resultado económico es negativo porque debe asumir como propios importantes gastos como los envíos por correo de las notificaciones, las licencias de programas informáticos y la adquisición de equipos. La empresa advierte que en otros municipios se abona al gestor de las multas el 30% de los ingresos y además propone que no se le pague sobre las cantidades cobradas, sino por el volumen de sanciones tramitadas. El déficit anual del servicio es de 333.000 euros.

Fábrica de armas. El Concello encargó a la empresa la reforma y gestión de la zona deportiva de la factoría para su uso por los ciudadanos. Al decidir el Gobierno local del Partido Popular que las instalaciones fueran gratuitas, lo que mantiene en la actualidad Marea Atlántica, el déficit de explotación del complejo alcanza ya los 622.000 euros. Emvsa advierte que fuera de la temporada veraniega el recinto es usado solo por 15 o 20 personas al día y que para lograr una mayor asistencia es necesaria una inversión de al menos 8.000 euros para iluminar las pistas deportivas.

O Castrillón. Las obras del complejo polideportivo de este barrio, que ejecutó la empresa Mercartabria, comenzaron en febrero de 2015, pero en julio se apreciaron problemas para la construcción de la piscina de acuerdo con el diseño inicial, por lo que el proyecto se ralentizó. En octubre Emvsa asumió el gasto de 175.000 euros para efectuar cambios y el nuevo Gobierno local acordó reformar el proyecto original con una inversión de 2,4 millones de euros aún no ejecutada.

Parque del Agra. El Concello encomendó en 2010 a Emvsa el proyecto de reparcelación de este polígono, cuyo coste final fue de 129.000 euros, pero la empresa no ha recibido ninguna cantidad por este trabajo ni una justificación sobre el impago.

Sagrada Familia. El aparcamiento de esta plaza comenzó a funcionar en 2011 y dos años después la constructora Antalsis fue condenada a pagar 21.747 euros a Emvsa por los defectos de la instalación que todavía no ha cobrado. Los propietarios de las plazas reclaman a su vez reparaciones por 85.000 euros para solventar deficiencias.

Bicicoruña. Emvsa gestiona este servicio desde 2009 y los únicos ingresos son la cuota de 30 euros al año para quienes disponen de la tarjeta Millennium y los 10 euros mensuales para los usuarios de la tarjeta Bicicoruña, por lo que soporta unas pérdidas anuales de 140.000 euros, ya que tiene que adquirir y mantener las bicicletas y las estaciones en las que se colocan.

As Conchiñas. Emvsa construyó el aparcamiento de esta plaza por 2,7 millones, pero los defectos aparecidos obligaron a soportar un sobrecoste de 455.000 euros. Desde su apertura en abril de 2015 el número de usuarios va en aumento, pero aún no se cubren los gastos de funcionamiento y no se puede amortizar el crédito concedido por Emalcsa para construir la instalación. La empresa no ha conseguido que ningún vecino adquiera plazas en régimen de concesión por 50 años.

Materno. El aparcamiento abierto en abril de 2015 sufrió un sobrecoste de 474.000 euros según la constructora Copasa, aunque Emvsa solo admite 240.000 y destaca que además hubo ahorros de 348.000 euros sobre el coste inicial del proyecto. La empresa municipal rechazó además la pretensión de Copasa de que le suprima el canon anual que debe abonar como forma de sufragar el sobrecoste.

Casco histórico. La redacción del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de Ciudad Vieja y Pescadería fue encargada a la empresa en 2015 con un presupuesto de 611.000 euros, pero la actuación tuvo un sobrecoste de 114.000 euros que aún no ha sido abonado por el Concello.