Cruz Roja inició hace un mes en la ciudad un programa de acogida a refugiados subvencionado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Una familia ucraniana y dos venezonalas llegaron hace quince días A Coruña tras pedir asilo político en Barajas. Fueron derivadas a la ciudad para vivir en los dos pisos de alquiler de los que dispone Cruz Roja. La ONG recibe ayudas públicas durante el próximo año y medio para conseguir su integración.

-¿Con qué dificultades se encuentran al llegar a la ciudad?

-El idioma es básico para la integración. Aprender español es una de las prioridades, igual que tener un documento de identificación que les dé acceso a servicios, la tarjeta sanitaria... Es montar todo lo que nosotros ya tenemos. En lo que es la ciudad no han encontrado grandes dificultades, la mayor dificultad es dejar tu vida autónoma y adaptarte a entrar en un programa en el que las cosas están muy medidas. Da para vivir normal, cubre las necesidades básicas, pero no puedes hacer ningún gasto extraordinario.

-¿Qué es lo que más valoran?

-Una de las cosas positivas es que aquí tenemos seguridad, se sienten seguros, pueden andar por la calle sin problemas. Saben que las cosas funcionan, que si un técnico te tiene que entregar un dinero, te lo entrega. Notan mucho la diferencia con respecto a sus países.

-¿Qué les llamó la atención?

-Una de las cosas que querían hacer era ver el mar. Al llegar a la ciudad hay voluntarios que los llevan de paseo por la ciudad para conocerla, para que se sitúen, que sepan dónde está el Ayuntamiento, los centros sociales... El matrimonio de Ucrania nunca había visto el mar.

-¿Perciben racismo?

-En este caso estamos encontrando a mucha gente que nos apoya. Si ya hay dificultad a la hora de encontrar trabajo, una persona extranjera tiene más dificultades. No solo porque la formación no se la convalidan, sino porque el hecho de ser extranjero es una piedrita más en el camino. Nosotros tenemos un programa para concienciar a los empleadores de lo que puede aportar una persona extranjera. La diversidad mejora la plantilla porque tienen enfoques y formas de trabajar diferentes, tienen una visión totalmente distinta de los problemas y pueden ayudar al equipo.

-¿Reciben apoyo de la Xunta y el Concello?

-Aunque el programa tiene fondos del Estado, la Xunta y el Concello nos apoyan en todo, ponen a disposición medios y nos ayudan a realizar gestiones. Al Concello le trasladamos que una vez que terminan la primera fase y entran en la segunda, cuando están empezando a trabajar y tienen que alquilar sus casas, se encuentran con dificultades porque los dueños de los pisos se lo piensan. Hay que sensibilizar. El Concello va a ver la forma de solucionar el problema.

-¿Cuánto tiempo están en el programa?

-En un caso normal, sin especial vulnerabilidad, hasta seis meses en la primera fase, en la que viven en los pisos que tenemos. En la segunda, que dura otros seis meses, reciben ayudas y viven en pisos alquilados por ellos; en la tercera, que es de otros seis meses, les concedemos ayudas muy puntuales.

-¿Año y medio es suficiente?

-El tiempo es justito porque en año y medio salen del programa. Al final quedan como cualquiera de nosotros, si no tienes trabajo, tienes que recurrir a ayudas. La diferencia es que nosotros tenemos familia y ellos no.

-¿Tienen formación?

-Todos estaban trabajando en sus países. Con lo que saben pueden empezar a trabajar aquí. A determinados puestos no pueden acceder porque no les convalidan la formación.

-¿Falta concienciación para integrar a los refugiados?

-En principio, cuando le dices a alguien que quieres algo para refugiados, el primer impulso es ayudar, pero hay dificultad con los pisos, incluso con los que están a nuestro nombre nos encontramos con problemas. Hay personas que ante lo desconocido dicen que no.

-¿Qué transmiten en los programas de sensibilización?

-Pretendemos fomentar la diversidad y valorarla y que la gente se dé cuenta de que los que vienen de fuera vienen a trabajar, no a vivir del cuento. Eso es positivo para nosotros porque quieren educarse, formarse, aprender español. España tiene capacidad y si los ayudamos van a ser importantes para nosotros. Rejuvenecen la sociedad porque es gente joven, muchos con hijos. La gente que viene a largo plazo va a aportar más de lo que va a recibir.