La empresa madrileña Mecanizados Escribano puede convertirse en el deseado inversor que busca la concesionaria de la fábrica de armas, Hércules de Armamento, para reflotar su proyecto industrial. Según confirmaron a este diario fuentes de la compañía con sede en la capital de España, en los últimos meses han mantenido contactos con la dirección de Hércules para negociar una entrada en su accionariado, si bien todavía no han tomado ninguna decisión.

Esta empresa madrileña fue fundada en 1998 como un negocio familiar centrado en actividades armamentísticas. En los últimos años han expandido su actividad al área de la óptica de precisión y la ingeniería para reducir su dependencia de los mecanizados. El nombre de esta compañía pasó por la mesa del Consejo de Ministros en mayo de este año, cuando en él se aprobó la compra del 32% de su capital social por parte de Spanish Acquisition Company SARL, una firma con sede en luxemburgo que entraría en Mecanizados Escribano a través de una filial, Bucotelar SLU.

Hércules de Armamento se había aferrado a la entrada de un nuevo socio inversor para evitar que el Ministerio de Defensa pusiese punto y final a su concesión después de la última Comisión de Seguimiento que se celebró el 2 de noviembre. La empresa que gestiona la fábrica de armas coruñesa adeuda cientos de miles de euros a trabajadores y Administración pública. Tampoco ha abonado en tiempo y forma este año el canon de la tercera anualidad, que debería haber ingresado al Ministerio en octubre.

El Ministerio de Defensa aseguró en las últimas semanas que haría pública su decisión sobre el futuro de Hércules de forma inminente pero todavía no ha habido noticias. La fábrica coruñesa es uno de los primeros asuntos con que se ha encontrado la nueva ministra, María Dolores de Cospedal, y el nuevo secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, nombrado el pasado viernes.