El Concello tramita un cambio en el plan general que permita al faro de Oza convertirse en un "local municipal de uso ciudadano". El Gobierno local prevé que su actividad sea "sociocultural". Los vecinos de la zona habían solicitado la revitalización de este espacio portuario cedido al Ayuntamiento y, además, que su gestión fuese pública y no privada. Así lo demandaron después de que el anterior Ejecutivo firmase en 2014 un convenio con el Puerto para hacerse cargo de las instalaciones y, a su vez, anunciase que el club O Puntal se encargaría de la gestión.

La modificación del plan general será debatida esta semana en la comisión de Urbanismo, para luego llevarse a pleno, donde necesita la mayoría absoluta de la Corporación. Actualmente, el ordenamiento urbanístico le da al faro un uso exclusivamente "público sanitario", incompatible con el uso "ciudadano" y "sociocultural" que pretende otorgarle el Ejecutivo.

Asentado sobre una antigua estructura defensiva, el edificio está catalogado con un nivel de protección integral por lo que Rexeneración Urbana considera "del máximo interés" su rehabilitación, mantenimiento y puesta en uso del mismo "para garantizar la transmisión a próximas generaciones".

El 10 de octubre de 2014, se suscribió un acuerdo entre la Autoridad Portuaria y el Concello para que fuese la Administración municipal la que gestionase espacios urbanos del puerto que quedan fuera del recinto vallado. Se trataba de una ampliación de un convenio anterior, de 1997, en el que el Ayuntamiento se hacía cargo de la prestación de servicios entre el paseo de O Parrote y el inicio del dique de abrigo, las avenidas do Porto y Primo de Rivera y las zonas portuarias próximas a las murallas de la ciudad.

Con el convenio de 2014, a esta relación de terrenos sumaban el dique de abrigo en toda su extensión, el exterior del puerto entre el dique de abrigo y la rotonda de entrada a los muelles por San Diego, la carretera que va del cruce con la avenida del Ejército hasta la entrada de la dársena de Oza, así como la esquina sur de la dársena de Oza, que incluye el faro y su entorno. El mantenimiento de todo este ámbito portuario cuesta a las arcas municipales 318.000 euros, según un informe de Intervención en septiembre de 2014.

Paralelamente, el exalcalde Carlos Negreira anunciaba que el faro tendría uso social, cultural y formativo y que sería gestionado por el club marítimo Oza-O Puntal, que negaba que se fuese a lucrar con la gestión del faro y que allí se fuese a instalar una cafetería. Los vecinos de la zona fueron críticos con esta cesión a la entidad deportiva, censurando lo que consideraban una "privatización" del edificio histórico. La apuesta de la asociación vecinal para el espacio era un "aula do mar", un espacio con zonas formativas para marineros de la bajura y con exposiciones de temática marítima. Al tiempo solicitaban convertir el entorno de los viejos astilleros Valiña en zona de baño ante la saturación de la playa.