El conocido estafador coruñés Roberto Neira Reigosa, de 41 años, vuelve a estar en el epicentro de una trama que timó en 2013 a vecinos de A Coruña que estaban en situaciones económicas precarias debido a las deudas que habían contraído con entidades financieras. El procesado, que es uno de los timadores que más causas pendientes tiene en España y Portugal, hizo creer a sus víctimas, tres de ellas asistidas por el letrado Diego Reboredo, que la solución a sus problemas económicos pasaba por comprar coches de alta gama embargados, venderlos y quedarse con los beneficios.

Para adquirir los vehículos, para los que supuestamente ya tenía compradores, convenció a los perjudicados de que debían solicitar créditos a su nombre. El presunto cabecilla de la trama se comprometió a hacerse cargo de las cuotas de los préstamos y a repartir con ellos las ganancias una vez que vendiesen los automóviles de lujo.

Las víctimas, en principio, desconfiaron, pero el imputado consiguió convencerlas, entre otros motivos, por los presuntos ganchos que tenía en entidades financieras. Los afectados, a los que les denegaban todos los créditos que solicitaban, vieron que, con la intermediación de Neira, los bancos les aprobaban créditos al consumo para la compra de coches de alta gama. En una ocasión, tras una llamada del supuesto cabecilla, les abrieron una oficina que estaba cerrada, según testificaron los perjudicados. De hecho, durante la instrucción del caso se investiga la participación de empleados de banca en el engaño.

Neira se hizo pasar por asesor financiero para cometer el timo. De hecho, una de las afectadas, que regentaba una inmobiliaria, conoció al estafador a través de uno de sus jefes, quien se lo presentó como "una persona que tenía una financiera". Cuando la mujer pasó a ser empleada autónoma, a finales de 2012, Neira la llamó y le ofreció servicios de "financiera". Así, le indicó, según su testimonio, que si algún cliente necesitaba "préstamos o créditos" contactase con él para que le realizase el estudio. La afectada aseguró que sufrió una crisis de ansiedad por haber caído en el engaño y recomendar los servicios de Neira a algunos de sus clientes e, incluso, a familiares.

En principio, el cabecilla de la trama, en la que también están investigados talleres de vehículos por contribuir al engaño, pagó las cuotas de los préstamos, pero después desapareció embolsándose el dinero que los afectados habían solicitado en los créditos al consumo. Las víctimas nunca llegaron a adquirir los vehículos de alta gama embargados y, cada una de ellas, contrajo deudas con los bancos de alrededor de 30.000 euros.

De investigados a víctimas

Tres de los perjudicados, todos asistidos por el abogado Diego Reboredo, llegaron a ser investigados como presuntos miembros de la organización por pedir los créditos a su nombre. La Audiencia Provincial, sin embargo, acaba de emitir un auto en el que los considera "víctimas del entramado" ideado por Roberto Neira. "Fueron utilizados como peones de su entramado delictivo, pero sin que haya indicios de que desempeñen un protagonismo propio en la verificación de los elementos típicos del delito de estafa investigado, ni como coautores ni como cooperadores necesarios ni como cómplices, siendo así que ellos mismos han resultado perjudicados", concluye el tribunal de la sección segunda de la Audiencia.

Durante la investigación, los bancos iniciaron acciones civiles para embargar a las víctimas, consiguiéndolo en algunos casos. En otros, los juzgados decidieron paralizarlas por una "cuestión de prejudicialidad", es decir, hasta que se averiguase el papel que desempeñaron los clientes que contrajeron las deudas. La Audiencia concluyó que fueron víctimas de Neira y sus compinches, por lo que ahora podrán personarse como acusación particular en el proceso judicial e intentarán paralizar los procesos de embargo iniciados contra ellos.