La espera ha sido larga, pero finalmente ha llegado. Carmen Rey, la cantante y compositora coruñesa de jazz, presenta esta noche a las 22.30 horas su nuevo trabajo, Mañá, un disco que ha tardado ocho años en aparecer. El álbum, que cuenta íntegramente en gallego muchos de los sentimientos personales de la artista, pretende teñir de funk, soul y jazz la Sala Garufa, donde interpretará sus temas acompañada de varias de sus exalumnas.

-Está en el mundo de la música desde los nueve años, ¿cuándo entra en el mundo del jazz?

-En realidad no me di cuenta, me metieron un poco sin querer. Cuando tenía 18 años estaba haciendo un trabajo en un estudio de grabación, y conocí a Nani García, un gran pianista. Le gustó mi voz, y me dijo que iba a darme unas canciones para ver si me gustaba el jazz. Yo conocía ese estilo, porque tengo un hermano guitarrista que lo escuchaba de forma instrumental, pero estaba un poco pez. No escuchaba nada de jazz cantado. Me las aprendí como buenamente pude, fui a la prueba y me dijeron que la semana siguiente íbamos al Jazz Filloa. Y así empecé.

-Empezar no fue su decisión, pero seguir sí. ¿Qué tiene el jazz que no tengan otros estilos musicales?

-Ofrece mucha libertad por toda la improvisación que tiene. También tiene una armonía muy abierta y ritmos diferentes. Es mucho más fresco. Te permite usar todas las herramientas que tienes como músico.

-¿Y a los coruñeses les gusta?

-Sí, hay mucha gente fiel, aunque los fieles quizá son muy puristas y es más difícil hacerlos fans de fusiones como las mías. Pero hay afición. Hay gente a la que le engancha desde el principio y otra que va poco a poco. Lo importante es entrar por el lado que a uno le gusta. Hay cosas del jazz para las que ni yo estoy preparada, como el free jazz, que se me escapa.

-¿Es algo en lo que le gustaría internarse?

-El free jazz me da mucho miedo, porque como no lo entiendo? [Se ríe]. Pero todo lo que sea avanzar y experimentar sí me gustaría. Aunque me da respeto, porque soy muy responsable con todo lo que hago y si veo que no cumplo expectativas siempre prefiero una retirada a tiempo.

-Lo que sí tiene controlado es su actuación de hoy en la Sala Garufa, ¿cómo será?

-Va a ser una actuación muy emotiva, especialmente para mí porque vienen unas invitadas de lujo, como Verónica Ferreiro, María Toro u Olga Kirk. Algunas fueron exalumnas mías que ahora ya están por ahí triunfando, y la verdad es que es un honor que se apunten.

-El objetivo es presentar su nuevo disco, Mañá.

-Sí. Mañá es el título de una de las canciones, una especie de disculpa, porque soy la típica que se mete en tantos líos que siempre está diciendo "mañana te lo doy" o "lo hago mañana". La canción va por ahí, y el disco también, porque tendría que haber salido hace dos años. En cuanto a los demás temas, hablan de sentimientos personales, aunque mis letras son un poco ambiguas y no los dejan ver muy claramente.

-¿Son todas canciones compuestas por usted?

-Sí. Son todas mías, salvo una que tiene el poema de Rosalía de Castro Galicia encantada, y otra que es un canto tradicional, en la que me limité a arreglar armonía y cambiar el ritmo. En esa última, la melodía es una recogida de un canto tradicional que me enseñó una de mis alumnas. Me pasó unas cuantas grabaciones que tenía, pinché en esa al azar y ya me quedé enganchada con la cantante. Así que intenté respetarla lo máximo que pude cantando, aunque también la llevé a mi terreno.

-Es un trabajo que ha tardado tiempo en ver la luz, ¿cómo espera que lo reciba el público?

-Ojalá lo reciba como está hecho: con mucho cariño y mucha emoción. Yo siempre pongo el corazón al 100 % en todo lo que hago, y el disco está hecho así. Es puro sentimiento. Las letras, las melodías? Hombre, a mí me emocionan, pero claro, como las he hecho yo? [Se ríe]. La idea es que la gente lo reciba de esa manera, que perciba toda la energía que hay en él.