"Lo que al principio fue una iniciativa puramente deportiva para que la gente pudiera practicar la natación después se convirtió en un club social porque vieron que tenía aceptación", explica Raúl Solleiro, presidente del Club Natación Coruña, sobre el origen de La Solana . La carencia de piscinas en la ciudad fue lo que llevó en 1941 al nadador Armando Casteleiro a proponer a las autoridades la construcción de una instalación de este tipo en la zona de O Parrote, en principio únicamente destinada a la práctica de la natación deportiva.

Las conexiones de Casteleiro con el poder eran evidentes, ya fue autorizado por el Gobierno el 4 de febrero de 1941, solo once días más tarde el Ayuntamiento de A Coruña aprobó el proyecto y las obras comenzaron al día siguiente. La inauguración de La Solana se realizó el 17 de julio de 1942 gracias a una inversión de más de un millón de pesetas con la que se instaló una piscina de 33 metros de longitud, pero, ya en aquel momento, también una sala de fiestas dentro del mismo complejo, lo que revela que los promotores enseguida vieron las posibilidades que ofrecía ese enclave natural.

Pese a las buenas relaciones con las autoridades, el hecho de que los socios tomaran el sol en bañador suscitó las protestas de los responsables eclesiásticos de los años cuarenta, que fue necesario sortear hasta que esta práctica fue aceptada socialmente. Solleiro explica que en esa época el Club Natación Coruña "era como la marca deportiva de La Solana, que era la que pagaba los gastos del club", aunque la entidad deportiva perdió el control de las instalaciones desde el primer momento, ya que pasaron a manos de Finisterre S.A., una empresa controlada por el Banco Pastor, que se hizo con la concesión de los terrenos y que en 1968 decidió ampliar el complejo.

Fue entonces cuando, según Solleiro "los antiguos socios de La Solana perdieron sus derechos y se convirtieron en simples abonados sin que la mayoría se enterara, aunque algunos lo supieron y hubo que indemnizarles". El propio Casteleiro contó a Solleiro que para efectuar la ampliación se solicitó un crédito a la Delegación Nacional de Deportes, aunque a nombre del Club Natación Coruña, pese a que la concesión estaba a nombre de una empresa privada.

La llegada de la democracia en 1975 hizo temer a Casteleiro que el recinto fuera expropiado, por lo que Solleiro recuerda que el fundador del club le informó de que propuso que fuera cedido a los socios de La Solana, aunque sospecha que el Banco Pastor debió llegar a algún acuerdo con el Gobierno de la época.

Desde la creación de este complejo, ha sido la sede del Club Natación Coruña, que ha desarrollado allí numerosas competiciones y actividades formativas, incluso tras el alquiler de la zona deportiva al grupo Metropolitan. Ante la posibilidad de que el Ayuntamiento adquiera la propiedad de La SolanaAyuntamiento La Solana, Solleiro se muestra "encantado" de que pase a manos municipales, ya que lo considera "lógico", aunque expresa su deseo de que se respeten los "derechos adquiridos" por el Club Natación Coruña, que este año cumple sus 75 años de existencia y de uso de las instalaciones.

"Somos una entidad sin ánimo de lucro y colaboramos en muchas cosas con el Ayuntamiento", manifiesta el presidente del club, para quien sería posible una gestión de La Solana similar a la que se realiza con el pabellón deportivo del Club del Mar, cuya propiedad es municipal.