En octavo de EGB, con 13 años, Xulio era un alumno observador, crítico, buen argumentador y amigo de sus amigos. Carlos era reivindicativo, emprendedor, de ideas claras y buen compañero. Los dos eran "muy responsables", "muy queridos". Estaban en la misma clase en el Colegio Calasanz, 8º A. El sábado pasado compartieron mesa en una cena de antiguos alumnos de aquel curso y coincidieron con su profesor de Lengua, Jesús Díaz. Hablaron todos del pasado, rescataron recuerdos del colegio. De sus trabajos, ni una palabra. Xulio es Xulio Ferreiro, alcalde de A Coruña, de Marea Atlántica. Carlos es Carlos Calvelo, alcalde de Arteixo, del PP.

Les une la política en el presente, desde diferentes ayuntamientos aunque próximos y bajo ideologías opuestas. Hace casi treinta años aquel profesor, todavía hoy en Calasanz-Padres Escolapios, ni se imaginaba que Xulio y Carlos, aquellos chavales de 13 y 14 años, llegarían un día a ser alcaldes. "Ahora me imponen, no sé cómo debo dirigirme a ellos. Estoy muy orgulloso y tengo una satisfacción muy grande. La verdad es que les deseo lo mejor a los dos porque son unas personas muy honestas", proclama Jesús Díaz.

"Aquel fue un curso extraordinario", recuerda el maestro, que se acababa de incorporar a Calasanz. Ha pasado mucho tiempo pero el grupo, afirma, se mantiene unido, como pudo comprobar en la última cena. "Eran una piña y había muy buen ambiente". Xulio y Carlos, a los que en el futuro uniría la responsabilidad de encabezar un gobierno municipal cada uno, "se tenían mucho afecto y aún lo tienen". Y sacaban buenas notas: con sobresaliente acabó 8º Calvelo, aunque cuatro años después repetiría COU.

LA OPINIÓN reunió a los dos alcaldes este viernes en el colegio donde estudiaron Ferreiro y Calvelo, donde empezaron a definir con más precisión su personalidad y sus inquietudes formativas. Con Jesús Díaz como anfitrión y otros profesores y profesoras como acompañantes, los dos alcaldes regresaron al Calasanz, a su gran recibidor, a sus pasillos, a la antigua capilla, la biblioteca, las aulas? Un entrañable reencuentro salpicado de saludos y abrazos, sin ninguna alusión o comentario relacionados con la política y con deseos de buena suerte en su trabajo que jóvenes y mayores les transmitieron a los antiguos alumnos.

El regidor coruñés no volvía por Calasanz desde hacía mucho tiempo, por eso se sorprendía con que algunas cosas siguieran igual, como el vestíbulo, y otras hubieran cambiado. "Aquí hice mi primera comunión", dijo al entrar en lo que una vez fue la capilla y ahora se ha transformado en un salón de actos. El alcalde arteixán, que a finales de la década pasada hizo una sustitución como profesor de dibujo en un curso, tiró de su buena memoria y evocó emociones y contó anécdotas y recuerdos, nombró a antiguos compañeros y a maestros. El profesor Jesús se emocionaba. "Este día es muy bonito", repetía.

Díaz tenía un trato más cercano con el alumno Calvelo, que era el delegado de clase, formaba parte del Consejo escolar y jugaba al baloncesto. "Un chaval solidario con un alto sentido del compañerismo. Era espontáneo y tenía muchas iniciativas", dice el profesor regresando por un instante al pasado. "Xulio era un chico más distante pero estaba muy atento. Se le veía superalegre, feliz. Tenía mucho sentido de la justicia y pedía a los demás que fueran coherentes, que actuaran según lo que pensaban. Analizaba a las personas y se expresaba muy bien", se acuerda el maestro.

27

Los alcaldes regresan a la escuela

"Un soplo de aire fresco"

"Era el profesor más joven del colegio cuando llegó y trajo mucha frescura a las clases. Aprendimos muchas cosas de un modo diferente a como hacían los demás y él lo hacía con mucha ilusión. Eso es lo que más recuerdo de Jesús. Y gracias a él descubrí a Bruce Springsteen", se ríe Ferreiro sentado en un pupitre como los de aquel lejano curso de octavo.

A su lado, Calvelo coincide con Ferreiro y destaca la importancia de cuanto les enseñó el profesor, y del modo en cómo lo hizo, en un momento especial de su aprendizaje. "Jesús fue un soplo de aire fresco, una pequeña revolución, porque fue un profesor con ideas distintas que nos ayudó mucho cuando los alumnos estábamos a punto de entrar en la adolescencia".

Los caminos inesperados que traza la vida han llevado a Xulio Ferreiro y a Carlos Calvelo a gobernar en A Coruña y Arteixo. Al acabar octavo, Ferreiro, que hizo preescolar en Calasancias, se marchó al IES Rafael Puga Ramón, previo paso a su ingreso en la Universidade da Coruña, donde se licenció en Derecho en 1997. Calvelo siguió estudiando en Calasanz, estudió Arquitectura, montó un estudio y representó a los vecinos de Meicende antes de entrar en las listas del PP por Arteixo e imponerse en las urnas en 2011. Siempre han guardado un magnífico recuerdo de su profe de Lengua en Calasanz, aquel que les ponía películas en clase, como Rebeldes, Blade Runner o En busca del fuego, y que les hacía escuchar canciones de su músico favorito, Springsteen.

En su regreso a las aulas por un día, Calvelo y Ferreiro recibieron un detalle de su antiguo colegio: sendas sudaderas grises con el escudo del centro y una fecha americanizada al estilo de las indumentarias universitarias -since 1964 (desde 1964), se lee- y la ficha original de sus inscripciones en Calasanz, dos cartones con los datos de cada uno y lafotos de dos niños que un día serían alcaldes.