La empresa madrileña Mecanizados Escribano, que en las últimas semanas se postulaba como la mejor posicionada para convertirse en socio inversor de la concesionaria de la fábrica de armas, Hércules de Armamento, reclama ahora la intervención de la Xunta para dar luz verde a la operación de compra y reflotar el proyecto industrial de Pedralonga. Tras analizar la situación económica de la compañía coruñesa, la dirección de Escribano pide al Gobierno gallego algún gesto para ayudarle a asumir la millonaria deuda que en los últimos años ha contraído Hércules con el Ministerio de Defensa, los trabajadores y la Seguridad Social.

Fuentes de la dirección de la firma madrileña aseguraron ayer a este diario que, desde que trascendió su interés por el complejo coruñés, no ha habido ningún contacto con el Ejecutivo autonómico. "La deuda que tiene la concesionaria es muy grande y nosotros solos no la podemos asumir. Hace falta que la Xunta se posicione, que tenga un gesto", aseguran desde Mecanizados, aunque sin concretar qué clase de acción o gesto reclama al Gobierno de Alberto Núñez Feijóo para solucionar los problemas económicos de Hércules, que lleva las riendas de la fábrica desde finales de 2014.

Los madrileños llevan meses analizando la posibilidad de embarcarse en este proyecto empresarial con el ánimo de convertirse en accionistas mayoritarios y desembolsar una cifra "millonaria". Ahora, dan de plazo a la Xunta hasta Semana Santa para alcanzar algún tipo de acuerdo que les alivie la carga de la deuda. "Si en Semana Santa no se cierra nada, ya no participaremos en esto", aseguran.

El 68% de las acciones de esta compañía está en manos de socios españoles, mientras que el 32% restante fueron compradas en 2016 por Spanish Acquisition Company SARL, una empresa con sede en Luxemburgo que pertenece al Fondo de Reserva General del Estado de Omán. Su actividad original desde 1998, cuando se fundó, es la armamentística, aunque en los últimos años la ha expandido a las áreas de la ingeniería y la óptica de precisión.

El director de la concesionaria coruñesa, Ramón Mejuto, reconocía la semana pasada que Mecanizados Escribano era la propuesta "mejor posicionada", aunque no era la única interesada, sin citar nombres de otras firmas.

La situación económica de Hércules es delicada. La compañía adeuda cientos de miles de euros a los trabajadores y a la Administración pública. Tampoco ha abonado en tiempo y forma el canon de la tercera anualidad al Ministerio de Defensa. Sus últimos datos de facturación revelan que están muy por debajo de lo que habían anticipado los promotores del proyecto: en 2015 no superó los 28.000 euros, con pérdidas que ascendieron a 520.000 euros, casi el doble que las del ejercicio anterior, 266.000. Cuando se presentó en sociedad, la dirección apuntó a una facturación de entre 12 y 20 millones de euros en el primer año.

Los exempleados de la fábrica de armas vinculados al antiguo comité de empresa de UGT volverán hoy a las 12.00 a concentrarse ante la Delegación del Gobierno para solicitar una reunión con el delegado, Santiago Villanueva, a quien piden la recuperación de la concesión y la convocatoria de un nuevo concurso para la planta.