La actividad desarrollada por el Ayuntamiento para el control del consumo de bebidas alcohólicas por menores de edad se traduce en la apertura de doce expedientes sancionadores desde el pasado uno de junio, según la respuesta facilitada por el Gobierno local a una pregunta del Partido Popular sobre este tema, que no hace mención de cuales de esas tramitaciones concluyeron con la imposición de multas. Cinco de los expedientes fueron abiertos a menores que fueron sorprendidos por la Policía Local cuando consumían bebidas alcohólicas, mientras que otros dos fueron iniciados a personas que vendieron licores a jóvenes que no alcanzaban los dieciocho años.

Otros tres procedimientos corresponden a locales de hostelería que carecían de carteles advirtiendo de la prohibición de la venta de alcohol a menores o que tenían alguna deficiencia en este sentido. Los dos casos restantes corresponden a un local que rebajó tanto los precios de las bebidas que se considera que indujo al consumo, así como a otro establecimiento que permitió el acceso a menores.

El consumo de alcohol por menores de edad fue el origen de dos incidentes ocurridos en las últimas semanas, ya que el pasado 17 de diciembre la Policía Local efectuó una intervención en la discoteca Playa Club en la que descubrió a 18 adolescentes consumiendo licores, por lo que fueron sancionados, al igual que cuatro camareros que fueron observados sirviéndoles estas bebidas y el gerente del local.

El presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, exigió entonces al Concello que actuase con la misma contundencia contra el botellón y los locales hosteleros, ya que recordó que en las concentraciones callejeras de jóvenes hay numerosos menores bebiendo alcohol. "Hay que sancionar a los de dentro y a los de fuera", demandó Cañete, quien reclamó que la Policía Local haga en los jardines de Méndez Núñez "el mismo despliegue" que el llevado a cabo en el Playa Club, donde se intervino a raíz de la denuncia realizada por un padre.

El otro caso ocurrido en los últimos días sucedió la noche de fin de año en la sala LeClub, donde esta prevista una fiesta que no llegó a celebrarse porque el propietario del local se negó a abrirlo al conocer que los organizadores del festejo iban a permitir la entrada de menores. Las personas que habían adquirido entradas se quedaron a la puerta del establecimiento porque no fueron informadas previamente y el dueño explicó que no quiso arriesgarse a ser sancionado porque los promotores de la fiesta proyectaban admitir la presencia de menores y tan solo iban a vigilar que no consumiesen alcohol identificándolos con pulseras de un determinado color.

Las familias de los perjudicados presentaron reclamaciones por no haber podido acudir a la fiesta, en algunos casos ante los tribunales, aunque a los pocos días los organizadores ya habían devuelto la mayor parte del precio de las entradas a los afectados.

La Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas en Menores de Edad, aprobada por la Xunta en el año 2010, prohíbe que quienes no tengan dieciocho años puedan beber alcohol, así como que se les venda o proporcione.

Esa norma también establece la prohibición de la entrada de menores salas de fiesta, de baile o discotecas si no están acompañados por mayores que se responsabilicen de ellos, aunque admite la posibilidad de que estos locales organicen sesiones para mayores de catorce años que deben estar restringidas a unos horarios especiales.

La legislación prevé sanciones de hasta 601 euros a los menores sorprendidos consumiendo alcohol por primera vez, así como para quien les venda productos cuyos envases imiten a los de bebidas alcohólicas, a quienes no informen sobre la prohibición y a los que permitan el paso de menores a establecimientos en los que está prohibido. Estas mismas infracciones pueden ser castigadas con hasta 3.005 euros en su grado máximo, aunque para los casos de faltas muy graves la ley gallega establece multas hasta de 601.000 euros en su grado máximo.