La primera vez que el alcalde, Xulio Ferreiro, mentó la posibilidad de recurrir a la cuestión de confianza si no había acuerdo con el PSOE fue a finales de octubre de 2016. Desde entonces, y a lo largo de semanas de diálogo atrancado para sacar adelante el presupuesto, esta posibilidad ha planeado sobre los despachos de María Pita cada vez con más fuerza. Hoy pasará de ser una mera hipótesis a convertirse en realidad. La Marea Atlántica se juega a partir de las 12.30 horas su futuro al frente del Gobierno municipal en una sesión plenaria en la que la oposición deberá decidir si apuesta por respaldar al Ejecutivo y, con ello, permitir la aprobación de su proyecto de presupuestos para 2017, o si por el contrario opta por votar en contra y abrir un periodo de un mes en el que poder orquestar una moción de censura que dé lugar a un Gobierno local alternativo.

Las posibilidades de esquivar este choque de trenes se esfumaron ayer por la mañana, cuando Marea y PSOE se levantaron de la mesa de negociación poniendo fin formalmente a las conversaciones. ¿El motivo? La Marea Atlántica pedía a los socialistas un pacto de "estabilidad" que fuese más allá de los presupuestos, tal y como habían decidido sus bases en la Rede del martes, mientras que los socialistas rechazaban un acuerdo que fuese más allá de las cuentas y apostaban por dejar el debate de otros asuntos de fondo para más adelante, en línea con lo decidido el jueves por la tarde por la gestora del partido.

Ayer por la mañana la Marea puso sobre la mesa su última oferta: a cambio de apoyar el presupuesto, aceptaba que el PSOE pasase de tres a cuatro concejales para cogestionar proyectos municipales bajo la supervisión del Gobierno local y reclamaba el apoyo de los socialistas a tres asuntos que el equipo de Ferreiro consideraba estratégicos para el futuro de la ciudad, como eran el impulso en pleno del área metropolitana, el desarrollo de un plan de movilidad basado en el Plan Rueda que habían elaborado los socialistas cuando gobernaban y el respaldo a la titularidad municipal de los muelles del puerto interior y de la Solana.

El concejal del PSOE, José Manuel García, y el presidente de la gestora socialista, Florencio Cardador, justificaron su rechazo a esta oferta alegando que no estaban dispuestos a aceptar "elementos nuevos" que fuesen más allá de la aprobación de las cuentas. "Nosotros estaríamos de acuerdo con llevar esos temas que pide el Gobierno a la comisión de seguimiento y negociarlos más adelante, pero no ahora", aseguró Cardador. "Son proyectos trascendentales. Podemos estar de acuerdo en la esencia pero diferir sobre cómo se ejecutan", aclaró el exconcejal.

Una justificación que Xulio Ferreiro tachó de "excusa", teniendo en cuenta que, a su juicio, esos tres asuntos fueron puestos sobre la mesa de negociación por el PSOE. "Ellos fueron los que dijeron que este acuerdo tenía que ir más allá del proyecto de presupuesto", aseguró el regidor. A lo que el alcalde se refiere es al documento entregado por los socialistas a la Marea el 23 de enero bajo el título Documento del grupo municipal socialista para el proyecto de presupuesto del 2017. En él se habla directamente de la "puesta en marcha del Plan Rueda", que debería materializarse en la revisión y actualización del plan de 2011 y la contratación de la segunda fase del Plan de Movilidad y Espacio Público de la Agencia de Ecología de Barcelona; de "consensuar el modelo y el plan de desarrollo" del área metropolitana y de "terrenos portuarios/Solana/Hotel Finisterre", aunque sin especificar en este último caso qué postura querían defender los socialistas.

Según el alcalde, estas cuestiones eran las que estaban todavía pendientes de resolver el pasado jueves 26 de enero, día en que los socialistas anunciaron públicamente un pacto que, según el Gobierno, no estaba cerrado y cuyas condiciones no se correspondían con las aireadas por el PSOE, lo que motivó la ruptura de las conversaciones a pesar de los acercamientos producidos.

"Estamos condenados a entendernos con el PSOE, pero en este momento no pueden garantizarnos un mínimo de estabilidad, básicamente porque no pueden garantizarnos a nosotros lo que no pueden garantizar para sí mismos", sentenció Ferreiro antes de pedir a los socialistas que no caigan en la "tentación de convertir A Coruña en un banco de pruebas".

El anuncio de la ruptura de las negociaciones ayer por la mañana puso en marcha la maquinaria de la Marea Atlántica en redes sociales para dar ánimos al Gobierno local. Durante buena parte del día el hashtag #ConfiamosnaMarea fue trending topic en Twitter en España. A la campaña de apoyo se sumaron desde el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, al portavoz parlamentario de En Marea, Luís Villares. El partido de Ferreiro ha convocado una concentración de apoyo en María Pita para hoy a las 11.30 horas, un hora antes de que comience el pleno municipal.

La incógnita por resolver es si el Gobierno será capaz de lograr hoy el respaldo de la mayoría del pleno o no. La portavoz del PP, Rosa Gallego, aseguró ayer que su partido "no será cómplice de que A Coruña se caiga". Los socialistas, por su parte, aseguraron ayer por la mañana que todavía no habían fijada una postura a la espera de que el grupo municipal se reuniese para debatir. El jueves la gestora votó mayoritariamente a favor de votar contra Ferreiro aunque su opinión no es vinculante. El BNG no quiso hacer público su voto.